Persona esclava: Aquella que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra. Persona refugiada: Aquella que a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas se ve obligada a buscar refugio fuera de su país.

Aconteció el 31 de marzo de 1937. 79 calendarios atrás. Durango, nuestro pueblo y nuestros ascendientes saltaron en pedazos por los aires: piedras y carne. Los fascistas alemanes, italianos y españoles cometieron un crimen de guerra contra la inocencia, la sociedad civil, los Derechos Humanos, la vida.

Da igual si fuimos con Elorrio y Otxandio los primeros bombardeados en Europa, da igual si hubo más o menos muertos que en Gernika-Lumo? importa que la Legión Cóndor nazi de Hitler coordinó una masacre ejecutada por los aviones de la Italia de Mussolini y con el beneplácito de los militares españoles que dieron un golpe de Estado en agosto de 1936.

Y a los dos bombardeos de aquel miércoles sangriento le siguieron otros ataques aéreos en abril hasta convertirse en una villa fantasma. Asesinaron al 5% de la demografía duranguesa.

Si el 26 de abril, llegó el picassiano bombardeo de Gernika, dos días después ocuparon los fascistas con sus acólitos el pueblo de Durango. Ocurrió el 28 de abril de 1937, fecha que suele pasar desapercibida en la localidad. El semanario Fotos lo resumió en un titular: España entra en Durango. Lo que no difundió es que en nuestro pueblo esos días aquellos que entraron violaron mujeres, niñas y niños. Ya habían sido tajantes los fascistas Mola, Franco y Vigón: “Sin consideración con la población civil”, escribieron.

Y a partir de ahí, incontables durangueses fueron hechos personas que carecieron de libertad por estar bajo el dominio de otra, esclavas para volver a reconstruir un pueblo bombardeado, atacado, ultrajado, violado. Otras tantas personas se vieron en la tesitura de a consecuencia de aquel golpe de Estado contra la democracia legítima verse obligadas a buscar refugio fuera de su país o a kilómetros, clandestinos, de sus hogares.

79 años después, aquellos durangueses de los mal denominados batallones de trabajadores, aquellas mujeres, personas mayores, niños y niñas, ataron sus pertenencias y caminaron frío, ansiaron calmar la desesperación, conocieron inanición.

Nuestros antepasados también fueron esclavos: no solo lo fueron aquellos desdichados africanos enviados con grilletes a los campos de algodón de colonos europeos en América, o siglos antes los del imperio romano o egipcio; no solo lo son las pobres mujeres y menores de mafias de prostitución.

Nuestros antepasados también fueron refugiados como los que hoy tratan de llegar a Durango, o a cualquier costa europea.

Cuentan que aquellas 550.000 personas hacinadas en el campo francés de Argelés-Sur-Mer en 1939, cambiaron la letra a un tango de Gardel y denunciaban: “Vientos, chabolas incompletas,/ ladrones de maletas,/ arena y mal olor,/ mierda por todos los rincones,/ sarna hasta los cojones,/ fiebre y dolor”.

Fuimos personas refugiadas y esclavas. Son personas refugiadas y esclavas. Fuimos? y son. Somos.