¿Lavado de cara?
¡Qué vergüenza! ¿Y nos llamamos personas civilizadas?, ¿nos consideramos el primer mundo? 1.700.000 refugiados, 3.000 millones de euros para Turquía, poco más de 1.700 euros por persona, pero el presidente Recep Tayyip Erdogan quiere otros 3.000 millones. 6.000 millones durante tres años, es decir, unos 3.500 euros por persona. ¿Piensan los gobiernos europeos lavarse la cara con una limosna?, ¿para esto sirve la Unión Europea? ¡Se me cae la cara de vergüenza! ¿No sería el momento de que salgamos a la calle todos los pueblos, ciudades y estados, para decir a los gobiernos NO? ¡Que no utilicen nuestro nombre para matar de hambre, miseria y frío a miles de niños, adolescentes y mayores! ¿Qué hemos aprendido de nuestros mayores?, esos que eran capaces de dar la vida por la libertad, esos que en las grandes y pequeñas guerras ayudaron a los refugiados, no les pedían DNI, ni países de procedencia, ni religiones o razas. Tan solo ayudaban. ¡Que verdad es ese dicho, no es mas rico el que más tiene, sino el que menos necesita! En estos momentos, los refugiados mueren de frío, tienen los campamentos inundados, duermen sobre agua y barro. Los niños (sí, los niños, esos que serán nuestro futuro), están sin educación, sin cultura, los jóvenes sin tener garantías de un futuro y los mayores..., los mayores sin ilusión ni esperanza. ¡Y eso lo estamos haciendo nosotros! Estamos creando personas sin ilusiones y, lo que es peor, sin esperanzas. ¡Quizás alguien nos lo demande en algún momento! Pido a partidos políticos, asociaciones y ONG que de una u otra manera, comiencen a mover tanto desprecio por las personas, que organicen movilizaciones, manifestaciones, huelgas u otras clases de presiones para que a los gobiernos y gobernantes se les caiga la cara de vergüenza (si la tienen). Derrotemos a los gobiernos insolidarios, carentes de escrúpulos, que solo buscan su enriquecimiento personal. ¡Que se oigan nuestras voces!