Parece que a Pablo Iglesias y a más gente de Podemos les ha molestado que se diga que España es una cárcel de pueblos y que la mejor salida para Euskal Herria es abandonarla cuanto antes. Aseguran que no es tal cárcel, pero ni ellos, ni los grupos con los que pretenden pactar, parecen dispuestos a dejar de custodiar la puerta de dicha cárcel. No solo eso, sino que la piensan custodiar con el ejercito si fuera necesario. Tan es así que los de la cal, que tanto abomina don Pablo, pero con los que estaba deseando llegar a un acuerdo, uno de los motivos por los que le han dado puerta es que no ejerce, con toda la pasión necesaria, de carcelero. Si el futuro de la España democrática se sustenta en el mantenimiento de semejante esperpento, que no cuenten conmigo, ni con una buena parte de los vascos, ni con otra buena parte de catalanes y probablemente, ni con una buena parte del resto de los pueblos que están encerrados en la cárcel democrática que nos quieren vender. Ignoran en todo caso que el sistema democrático es fundamentalmente un sistema en el que lo que cuenta son los Derechos Humanos, el derecho a la diversidad y muchos más, y que las leyes, las legislaciones y el sistema democrático están para garantizarlos. Cuanto más y mejor se garanticen esos derechos, mejor serán las leyes y la democracia.
