LOS incidentes, graves aunque cortos y localizados, entre presuntos aficionados al fútbol y supuestos hinchas del Athletic y del Olympique de Marsella que, saldados con cinco detenidos, se produjeron el jueves por la tarde en alguna calle de Bilbao llaman a una reflexión sobre las diferentes responsabilidades en hechos que, por desgracia, sin ser generalizados no son una excepción en partidos de competición europea, tampoco en San Mamés, durante las últimas temporadas. Los responsables primeros y últimos de esa utilización gamberra y violenta de un partido de fútbol, de cualquier partido de fútbol, son únicamente sus protagonistas; aquellos que disfrazados bajo los colores de un club, sea este el Athletic u otro, lo usan como excusa para la captación de acólitos y la difusión de ideologías extremas que únicamente sirven para liberar sus pulsiones violentas, sin considerar el enorme daño a la tradición e historia de la entidad, también a su reputación, y a la consideración de la sociedad y a la imagen de la ciudad a la que el club representa. Ahora bien, la responsabilidad individual no inhibe otras, siquiera secundarias, derivadas de esta. Cabe así exigir a quienes forman la afición de la que dichos individuos pretenden rodearse -y que en muchos casos adopta modos permisivos- la denuncia inmediata de cualquier actitud, individual o grupal, de este cariz aun si, como sucede con la afición del Athletic, son absolutamente minoritarias. Cabe asimismo demandar del club al que estos grupos pretenden representar una postura pública, clara y enérgica, que no siempre se ha producido, de reprobación; así como la identificación, denuncia, escarnio y si cabe expulsión de quienes las protagonizan o alientan, tal y como ya se ha realizado en alguna ocasión anterior. Y cabe asimismo solicitar de los cuerpos policiales un extremado celo en la prevención y persecución de un fenómeno que si bien es relativamente reciente entre nosotros no es ni mucho menos nuevo en el fútbol y que ahora resurge y se extiende alrededor de los estadios europeos. Y en ese celo cabe incluir desde un diseño apropiado de las medidas de seguridad y orden público, con el empleo de las dotaciones y medios necesarios, no solo in situ, a las labores de coordinación e información previas entre policías, al menos con idéntico rigor al que se emplea contra otras actividades, también delictivas.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
