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Los nuevos partidos

Los primeros pasos de la legislatura que ahora se inicia serán decisivos para conocer la naturaleza de Podemos y Ciudadanos, dos formaciones que hasta ahora han preferido no participar en los gobiernos

LA undécima legislatura, que comenzará el 13 de enero con la constitución del Congreso y la elección de su mesa, viene rodeada de incógnitas y novedades que necesitarán un tiempo para ser valoradas. Una de ellas será conocer el talante y la actitud con que llegan al tablero de la política española dos nuevas fuerzas, Podemos y Ciudadanos, ambas con el respaldo de un importante número de ciudadanos. Y otra, ver de qué manera se concreta su aportación a la renovación de la acción política que habían prometido y en qué términos caracterizan su actuación en la dinámica institucional y parlamentaria. Porque tanto Podemos como Ciudadanos siguen siendo una auténtica incógnita. Los apoyos que han prestado a otros partidos para la formación de gobiernos, siempre sin comprometerse en su gestión, y las escasas actuaciones que han protagonizado desde que accedieron a las instituciones municipales y autonómicas el pasado mes de mayo no arrojan luz suficiente para hacerse una idea cabal de su definición ideológica o de su adscripción a los diferentes ejes en los que estamos acostumbrados a clasificar la identidad política. Tampoco cabe sacar conclusiones de los programas que han presentado o de las afirmaciones que han realizado en la pasada campaña electoral para elegir diputados y senadores. De hecho, muchas de las declaraciones de sus líderes han creado confusión y desconcierto entre sus respectivos seguidores, por su indefinición o por alejarse en exceso de los discursos ideológicos que supuestamente representaban. Toca, por tanto, observar atentamente qué posiciones y decisiones adoptan en los primeros pasos de la nueva legislatura. Su actitud va a ser decisiva tanto para la elección de las presidencias y órganos de gobierno de las Cortes como para la constitución de los diferentes grupos parlamentarios. Más significativa aún va a resultar su decisión de facilitar o no la formación de mayorías que permitan la elección del jefe del ejecutivo o incluso de participar en él. También será esclarecedora su disposición a permitir que la legislatura inicie su camino o la presión que puedan ejercer para que no quede otra solución que convocar nuevas elecciones. Hay aspectos de la actividad política e institucional que necesitan una sacudida y triste sería que quienes llegaron para protagonizarla no sirvan para ese objetivo.