A percepción de cuándo terminauna crisis es difícil de trasladar.Desde luego, no en términosmacroeconómicos, por muy buenos auguriosque vengan aportando en los últimosmeses los diversos servicios de estudios oficialese independientes que apuntan a queel crecimiento de la economía vasca, queya ha mostrado un comportamiento sólidoeste año, se consolidará en 2016. Pero lacalle percibe la bonanza económica en términosde disponibilidad de recursos, vocaciónde consumo y seguridad en la sostenibilidadde sus necesidades básicas. Estoes lo que anima realmente a la reactivaciónde las microeconomías que son las querealmente crean los estados de ánimo enla ciudadanía. Y si hay un factor que permitemedir más que ningún otro el gradode confianza que cabe tener en el futuro inmediato es el de la recuperación delempleo. Sin empleo, no hay cifra macroeconómicaque signifique el final de la crisis.Pueden ser indicativos algunos parámetrosque ya venían anticipando esosescenarios, como pueden ser las recaudacionesfiscales ascendentes y aquellas quedirectamente derivan del consumo. Todosestos indicios hablaban ya en los mesespasados de un cambio de ciclo pero unasociedad que no puede ofrecer a su juventuduna expectativa laboral tiene un graveproblema de sostenibilidad de su modelode crecimiento y bienestar. Hoy, Euskadiestá un poco más cerca de ese escenario.Sin que haya motivos para lanzar las campañasal vuelo ni olvidar el problemademográfico que se está convirtiendo enendémico ?la sociedad vasca es una estructuraenvejecida, con escasos incrementosde población en la base de su pirámide deedad? el comportamiento del empleo esuna bocanada de aire fresco. No es consueloque el impacto de la crisis en términosde empleo haya sido menor aquí en relacióncon el entorno del Estado. Ni por lascaracterísticas de su economía ni por susestándares de bienestar es ese un espejo enel que quepa mirarse para sentirse cómodos.Pero la creación de al menos 10.000empleos netos este año que hoy termina,tal y como anunció ayer el consejero delramo Ángel Toña, sí es un indicativo esperanzadorque el ciudadano vasco debe valorar.Aunque la aportación de una mayorcalidad y estabilidad a ese empleo esté pendiente,es un reto que ya se debe afrontar.