Trabajo en el sector, en una empresa de la competencia de la noticiosa, y es verdad que en cuanto vi el vídeo en las redes sociales, me di cuenta inmediatamente de que los operarios de limpieza se habían equivocado. Ahora bien: de ahí a demonizarlos y dar a esa noticia la trascendencia que se le está dando va, a mi modo de ver, un abismo. Me encantaría invitarles a ustedes a acompañarnos cualquier fin de semana, a primera hora, cuando acudimos a realizar la limpieza de las fiestas de su barrio. Normalmente, aunque las instrucciones y ordenanzas suelen ser concretas, solemos encontrarnos el recinto festivo aún lleno de gente cuando llegamos, sobre las 7.30 de la mañana. Las txosnas, abiertas y la música, a tope. Nos sentimos gladiadores de un circo en el que las hordas de borrachos (a esas horas hay exclusivamente borrachos) nos consideran otra actividad del programa festivo y sabotean o apagan nuestras máquinas, nos las esconden y roban, se suben a nuestros vehículos, esparcen la porquería que tratamos de recoger, defecan, orinan y vomitan en cualquier sitio (lo hacen en portales que podrían ser el suyo)? Dantesco.

En esos mismos espacios, muy poco tiempo después, empiezan las prisas para montar infraestructuras para las actividades matinales del programa de fiestas: una feria de artesanía, de txakoli, hinchables donde los más pequeños andarán descalzos y que a esas horas está cubierto de cristales, o las terrazas en las que usted desayuna y que poco antes olía insoportablemente a orines. Le prometo que para entonces nos hemos esforzado mucho en dejarle a usted ese espacio lo más limpio posible. Este milagro casi nunca ha sido noticia. Es verdad que calcularon mal la altura y ubicación de uno de los supongo cientos de montones que en esa titánica pelea tuvieron que recoger, y que, por tanto, unas cuantas bolsas cayeron a la ría, pero les aseguro que si a esas horas hubiera soplado el aire, apenas hubiera podido verse el agua de la ría, ya que todas esas bolsas y toneladas más que para entonces ya estaban a buen recaudo en los camiones de recogida podrían haber caído a la misma, pero claro: eso no hubiera sido noticia.

Mi solidaridad, pues, con aquellos operarios, a quienes injustamente está cayendo la del pulpo.