LA semana pasada, más de mil delegados procedentes de 46 países se reunieron en Bilbao en el Congreso Mundial de Fundición, una cumbre industrial de amplio impacto internacional. El próximo fin de semana, la capital vizcaina acogerá el Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria El Sol, el más importante del sector a nivel mundial. Sin olvidar que la semana siguiente tendrá lugar en el BEC la celebración de la Bienal de Máquina Herramienta, otro acontecimiento de gran importancia y con repercusión en diversos países. Son solo tres ejemplos cercanos en el tiempo que ilustran sobre el creciente atractivo que atesora actualmente Bilbao como epicentro para la celebración de congresos, festivales y eventos internacionales de calidad, que generan un importante impacto económico en múltiples sectores, además de colocar a la capital vizcaina en el mapa de miles de profesionales cualificados, empresas e instituciones a lo largo del mundo. No ha sido fácil conseguir que la ciudad se configure como un polo para el sector congresual. Baste recordar que hace dos décadas Bilbao acogía solo 80 congresos al año. Hoy, sin embargo, son algo más de mil, una cifra que habla por sí sola del ingente trabajo realizado en estos últimos años, en los que la extraordinaria transformación de la villa ha tenido mucho que ver. No hay que olvidar que son muchas y muy importantes las ciudades -incluidas grandes capitales y con un gran potencial económico, como Madrid, París o Londres- que pugnan por acoger la celebración de este tipo de eventos, por lo que la competencia es feroz. Y es que no se trata únicamente de prestigio. El impacto económico que suponen los congresos para Bilbao y su entorno es de una importancia vital, sobre todo en estos tiempos de crisis. El año pasado, los ingresos generados gracias a los distintos eventos fue nada menos que de más de 118 millones de euros que han repercutido de manera positiva en la economía de la ciudad. La capital vizcaina está en la élite de este turismo profesional gracias a un importante esfuerzo colectivo como ciudad y a la unidad de acción de empresas e instituciones que han puesto su empeño y han impulsado esta actividad. Un éxito, por tanto, también colectivo sobre el que aún habrá que seguir incidiendo para que la oferta de Bilbao sea aún más atractiva.