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El iceberg machista

La indiferencia, la crispación social, la banalización de la violencia, las carencias educativas, la laxitud del derecho... forman parte del enorme volumen de desigualdad que se hunde en la sociedad y cuya punta ha vuelto a emerger en un drama

CON el asesinato en Laudio de Amagoia Elezkano a manos de su pareja vuelve a emerger el dramático vértice del irracional iceberg de la violencia machista, cuyo enorme volumen se hunde en una sociedad despersonalizada e individualista que se permite ignorar, entre sobresalto y sobresalto violento, relaciones y situaciones desquiciadas: es el primer asesinato machista de 2013 en la CAV, pero también el vigésimo en el Estado en veinte semanas; el tercero en menos de tres días. Y si las 4.568 mujeres contabilizadas como amenazadas por la violencia machista en los registros de la Ertzaintza o los 1.204 casos atendidos durante los tres primeros meses de este año en Euskadi no logran dar medida de la magnitud real del problema; los 53 casos de escolta a otras tantas mujeres, las decenas de agentes dedicados en exclusiva a la atención y ayuda, el teléfono de emergencia que se ha facilitado a 886 víctimas... todos los esfuerzos públicos de protección, aun imprescindibles (este año se han quebrantado órdenes de alejamiento en 237 ocasiones), seguirán siendo insuficientes. En palabras del consejero de Políticas sociales del Gobierno vasco, Juan Mari Aburto, "algo está fallando" para que los enormes esfuerzos llevados a cabo en la última década a favor de la igualdad y en contra de la violencia contra las mujeres "no terminen de surtir los efectos deseados". Y entre ese algo, posiblemente, se halle el hecho de que a la despersonalización de la sociedad, que conlleva indiferencia; y al incremento de las dificultades económicas y de realización personal, que conlleva crispación; se le une la banalización social de la violencia, especialmente en los medios de comunicación masiva; la ausencia de concienciación y educación desde las edades más tempranas; y también cierta laxitud a la hora de interpretar el derecho a la igualdad en todo su alcance. ¿Alguien ha levantado la voz porque la reforma del Código Penal minimice en algunos aspectos la incidencia legal de la Ley contra la Violencia de Género? ¿Alguien se ha puesto a pensar que los recortes derivados de la crisis también afectan a los presupuestos de prevención del machismo violento? ¿Alguien se ha preguntado en qué asignatura deja la Lomce la educación en igualdad y contra la violencia? Todo ello también forma parte del iceberg.