LA integración de los nuevos accesos a Bilbao por Basurto en la cotidianeidad laboral de la capital, con la relativa fluidez que ya ayer fue haciéndose patente, es un nuevo paso en el desarrollo urbanístico de la ciudad y forma parte de lo que podría considerarse la última remodelación y zona de oportunidad urbana antes de que la villa encare el salto a Zorrotzaurre y su prolongación hacia El Abra. Una trabajada conjunción de intereses, también el acierto de la colaboración público-privada, ha empezado a dar forma a un nuevo Ensanche de Bilbao, este para el siglo XXI: no en vano, todo se inició con el fin del pasado siglo, en diciembre de 1999, cuando el Comité Ejecutivo de la antigua Feria de Muestras decidió el traslado de esta a Barakaldo. Porque no se trata únicamente de los nuevos accesos, la reapertura de Juan Garay y la anulación y futuro derribo del scalextric de Sabino Arana -dando respuesta a una longeva exigencia vecinal-, que ha supuesto para Bilbao la obtención de 70.000 m2 en la unión mediante cubierta de Lezeaga y Bentazarra; o de la recuperación de los entornos de los barrios de Santa Ana y Santiago; sino de una regeneración mucho más extensa que primero dio continuidad al traslado de la Feria con la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y la llegada de EITB a su nueva sede en 2007, posteriormente con la realidad del nuevo edificio de la Facultad de Ingenieros y de ahora en adelante con la ya avanzada construcción del nuevo San Mamés, los nuevos usos del solar del viejo campo, el plan de transformación de Termibus y la nueva zona residencial de Garellano, también ya en ejecución. En ese sentido, los tres lustros transcurridos desde que las instituciones empezaron a analizar el traslado de la Feria de Muestras y los cuatro años largos de obras y 215 millones de inversión foral -así como las diferentes participaciones institucionales y privadas en el área- para dar forma a lo que hoy ya es la nueva puerta de Bilbao permite mantener, aun en tiempos de crisis global, el ritmo de transformación y la imagen de ciudad viva que ha convertido a la capital de Bizkaia en referencia internacional tanto por su capacidad de reinvención como por los estándares de calidad de vida que permite.