Más allá de la crisis
La internacionalización de la economía vasca y la creación de un consorcio para impulsarla es una apuesta imprescindible, por mercados exteriores donde apuntalar las políticas de crecimiento económico ante un horizonte estatal de agotamiento
LA estrategia de internacionalización de la economía vasca, apoyada en la creación de un consorcio de colaboración que reunirá, potenciándolos, los esfuerzos de Gobierno vasco, diputaciones forales y cámaras de comercio constituye la necesaria y durante tres años -desde el inicio del auge exportador de 2010- inexistente apuesta pública conjunta por los mercados que pueden apuntalar las políticas de crecimiento económico frente a un horizonte estatal con algo más que síntomas de agotamiento. También, sin duda, un intento por recuperar los efectos de la crisis y la caída del 8,1% experimentada el pasado año por las exportaciones vascas (20.302 millones de euros) tras el pico experimentado un año antes (21.067 millones con un crecimiento del 12%). Al mismo tiempo, responde a la propia iniciativa de un sector empresarial -esencialmente en los sectores automovilístico y de bienes de equipo, que suman más de un tercio de las exportaciones vascas- con mercado exterior en el 70% de las empresas de más de 20 trabajadores, importante presencia más allá de nuestro país (hasta 400 instalaciones repartidas por todo el mundo) y mantenida vocación exportadora: el 23% de las empresas tienen previsto aumentar este año su mercado exterior. Sin embargo, esa estrategia del Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco por incrementar el porcentaje de las exportaciones (30,7%) en el PIB vasco se extiende al mismo tiempo a incentivar la inversión -también proporcionando vías a la financiación extranjera- en nuestro país, a aumentar la competitividad de las empresas vascas, a asegurar la continuidad de sus centros de decisión en Euskadi y a mantener el superávit de la balanza comercial, que el pasado año rozó los 4.800 millones de euros. Y todo ello conlleva una labor institucional de impulso de las relaciones comerciales de doble dirección y una reordenación de la presencia internacional con especial atención a los mercados tractores de la economía vasca en Europa -Francia y Alemania suponen cerca del 30% (6.356 millones) de nuestras exportaciones- pero también en el mundo, con especial atención a Norteamérica (Estados Unidos y México), Latinoamérica y los BRIC (China, India y Brasil).