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Efectividad y cordialidad

La Ertzaintza debe adecuar las características de su plantilla y reorganizar sus estructuras para responder a las nuevas necesidades de prevención e investigación del delito bajo la premisa de conjugar la seguridad y la confianza ciudadana

lA presentación del Plan Estratégico de la Ertzaintza 2013-2016 por la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, se entiende el primer paso de la progresiva y necesaria adecuación de la Policía vasca a la nueva situación que se confirma en nuestro país en el ámbito de la protección de los ciudadanos. Tanto la desaparición de la violencia que ha pretendido razonarse en motivaciones políticas como la evolución de la delincuencia común y su afección a una sociedad que se ha venido considerando relativamente segura frente a ella, con un repunte en los últimos meses de los delitos violentos o, al menos, de la sensibilidad social ante estos; parecen recomendar modificaciones en el modelo que potencien la prevención, mediante una mayor presencia normalizada de ertzainas en la calle, y la investigación, a través de una optimización de métodos y medios, para hacer frente a la delincuencia autóctona pero también a la influencia en Euskadi de otra cada vez más globalizada, internacional y organizada más allá del ámbito natural de actuación de la Ertzaintza. Ello implica, en el terreno de la ampliación de la presencia de los agentes, la interrelación entre las sensaciones de seguridad y confianza en los ciudadanos, lo que conlleva una imprescindible transparencia -que quizás no siempre ha sido internamente bien entendida- en su actuación y una pulcritud extrema en la rendición de cuentas sobre esta a la sociedad. Exige también, en el ámbito de la investigación, la completa comprensión del carácter integral de la Ertzaintza, incluyendo las posibilidades de la colaboración internacional, imprescindible ante esa globalización del delito, y su plena integración en el Espacio Schengen. En consecuencia, la Policía vasca -sus responsables políticos, pero también sus profesionales y su representación sindical- debe afrontar una remodelación que incluya no solo la adecuación de las características de la plantilla a esas necesidades sino también una reorganización tanto de estructuras de mando como de la Relación de Puestos de Trabajo que responda a las nuevas necesidades de inmediatez, cercanía, preparación en todos los ámbitos de su competencia y, especialmente, una combinación de efectividad y cordialidad en el desempeño de sus funciones que traslade al futuro inmediato los principios originales de la Ertzaintza.