EL acuerdo presentado ayer por los portavoces parlamentarios del PNV, Joseba Egibar, y del PSE, José Antonio Pastor, para la designación de la nueva dirección de EITB, así como para el Ararteko, para la renovación de cargos en el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, en las candidaturas para la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y sobre la entrada en funcionamiento del Instituto de la Memoria confirma que la presente legislatura estará marcada por un nuevo modelo de relación política que se sustenta sobre tres principios por otra parte imprescindibles dado el complejo juego de mayorías surgido de las pasadas elecciones al Parlamento Vasco: pluralidad en el diálogo, flexibilidad en los planteamientos y perspicacia para hacer coincidir los objetivos particulares con los intereses generales de la sociedad. Sobre esas bases se han apoyado tanto el acuerdo presentado ayer como los consensos sobre la ponencia de paz, o en materia fiscal del PNV con PSE y PP y los alcanzados en materia presupuestaria entre el Partido Popular y el PNV en Araba y Bizkaia o incluso entre PSE y Bildu en Gipuzkoa. Acuerdos que sirven, al mismo tiempo, para confirmar una transversalidad -curiosamente, el único eje que no se ha plasmado de momento en ningún acuerdo es el abertzale PNV-Bildu- que en este caso no surge forzada por exigencias de parte y al tiempo para desterrar las pretensiones de una teórica división ideológica entre izquierdas y derechas que, sin embargo, no es tal en la realidad política y social de nuestro país. Tendrán que ser por tanto y asimismo los principios que permitan configurar un acuerdo presupuestario lógico para dotar a Euskadi de las herramientas con que afrontar la salida de la crisis y el inicio del crecimiento económico. Pero también el inicio de la mejor vía para encauzar la actividad y las relaciones políticas, para ir eliminando distancias y que se produzca la normalización que permitirá afrontar la raíz de los problemas de convivencia entre Euskadi y el Estado. En definitiva, las tres bases donde asentar los tres ejes de gobierno -salida de la crisis, confirmación definitiva de la paz y consenso sobre un nuevo estatus político- marcados desde el primer momento por el lehendakari Iñigo Urkullu.