CINCO jóvenes han sido detenidos en Elgoibar y Donostia como consecuencia de las denuncias presentadas por tres mujeres, víctimas de sendos delitos de agresión sexual cometidos en menos de una semana. Aunque los hechos no guardan ninguna relación entre sí, hay algunas coincidencias que deben ser destacadas: los tres ataques fueron protagonizados por jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, y ocurrieron de madrugada y en lugares poco concurridos. Hace tiempo que las campañas institucionales vienen fijándose en estas características y es habitual encontrar en bares y locales públicos carteles y anuncios que abogan por el respeto y el consentimiento en cualquier tipo de relación. Sin embargo, el número de denuncias que se hacen públicas indica que el problema no remite y que el esfuerzo que se realiza en esta materia sigue siendo aún insuficiente para evitar comportamientos machistas e irrespetuosos. Estos últimos años se han hecho grandes esfuerzos en las aulas y en todo el entorno formativo por impulsar una educación que reconozca y fomente los valores de la igualdad entre hombres y mujeres, y cabría esperar un descenso progresivo de este tipo de actitudes, más propias de otras épocas. Pero lo cierto es que continúan existiendo y son el exponente más despreciable de la prepotencia con respecto a las mujeres, inconcebible en ninguna sociedad democrática. Los expertos indican también que estas expresiones adquieren mayor gravedad en momentos festivos, en los que se produce una propensión al consumo de sustancias que favorecen la desinhibición. Subrayan, además, el hecho de que las actitudes violentas de todo tipo están creciendo de forma generalizada entre los más jóvenes. Es importante que nuestra sociedad, que tiene como objetivo mejorar la convivencia entre sus miembros, adopte todas las medidas que sean necesarias para impedir tanto estas actitudes como cualquier atenuante que pueda justificarlas. Sigue siendo importante que los responsables de la educación de los jóvenes, tanto en el hogar como en las aulas o en las actividades extraescolares no relativicen la gravedad de estos comportamientos e insistan en la transmisión de valores y normas de conducta que impidan estos atentados contra la dignidad humana.
- Multimedia
- Servicios
- Participación