LA coincidencia temporal de la publicación del Euskobarómetro de noviembre de 2012 y del Diagnóstico Situacional de Bizkaia de diciembre elaborado por Gizaker permite la constatación de dos realidades plenamente implantadas en las consciencia social de nuestro país: la cruda afección de la crisis, por un lado; y la nítida comprensión de sus diferencias sociales y políticas -consecuentemente también económicas- respecto al Estado español. La primera constatación es incluso rotunda en cuanto a la escasa confianza en el futuro inmediato, con porcentajes de población superiores al 80% convencidos de una próxima agudización de la crisis, de un incremento de los ajustes, de su afección a los servicios sociales (aun cuando quienes sitúan la prioridad en dichos servicios y en el empleo superan el 93% de los encuestados), así como del mal reparto de la presión fiscal y de la existencia de un alto nivel de fraude. Sin embargo y junto a ello, la valoración que los ciudadanos hacen de la situación económica de Bizkaia supera (5,26 sobre 10) a la de la situación económica general (4,86 sobre 10) y una mayoría casi idéntica (80,4%) a la que constata la crisis y sus efectos considera que nuestra situación es claramente mejor a la del Estado. Esa diferencia, en este caso económica, también se traslada y forma parte de esa segunda constatación de la realidad de Euskadi, la socio-política, que una trabajada (y trabajosa) interpretación interesada de los datos en el Euskobarómetro no logra ocultar y que se trasluce al analizar los resultados de la encuesta más allá de dicha interpretación. Así, los deseos de independencia en mayor o menor medida alcanzan un 53%, casi idéntico porcentaje al de quienes se sienten solo vascos o vascos antes que españoles e incluso inferior al de aquellos que apuestan (58%) por un mayor grado de autogobierno frente al 34% que aboga por mantener la actual autonomía. Más aún, la consciencia de la diferencia conlleva asimismo una aceptación implícita del autogobierno como herramienta frente a la otra realidad, la de la crisis, con el aumento de cuatro puntos entre los no nacionalistas que defienden el Estatuto, por un lado, y con la realidad de que el 50% de los vascos está ya de acuerdo con la celebración de una consulta sobre la independencia, por otro.
- Multimedia
- Servicios
- Participación