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Rajoy en su aconstitucionalidad

El PP utiliza la normativa básica con que los sucesivos ejecutivos españoles han cercenado el autogobierno para sortear ahora los derechos, deberes y principios socioconómicos que la Constitución estipula y efectuar una involución política en el Estado

EL unánime rechazo de la oposición en el Congreso de los Diputados al decreto ley con que el Gobierno Rajoy anula la revalorización de las pensiones y el anuncio de recurso contra el mismo ante el Tribunal Constitucional; la resistencia y denuncias desde el ámbito sanitario a las diferentes formas de copago que impulsa el Ejecutivo en la Sanidad Pública; la consideración por parte del propio CGPJ de la posible inconstitucionalidad de la reforma del Código Penal del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; las denuncias de ignorancia de las salvaguardas competenciales que la Constitución estipula en el ámbito educativo de la reforma que ha preparado el ministro de Educación, José Ignacio Wert; la presentación de un recurso de inconstitucionalidad por las fuerzas sindicales a la ya vigente reforma laboral... además de un sinfín de medidas que atentan contra los "principios rectores de la política social y económica" que la Carta Magna estipula en su capítulo III, reflejan la involución que el PP, apoyado en su mayoría absoluta, pretende y ha iniciado. Porque no se trata únicamente, aunque también, de que el decreto de las pensiones ponga en cuestión el art. 50 y la obligación de actualizar y garantizar la suficiencia económica de la tercera edad; ni de que la reforma laboral lo haga con el art. 40 y la promoción de la distribución de la renta regional y personal más equitativa y con el art. 41 y la garantía de asistencia y prestación social suficiente en caso de desempleo, ni que el copago sanitario bordee el art. 43 por el que competen a los poderes públicos las prestaciones y servicios necesarios para la protección de la salud, ni que el nuevo Código Penal destruya el principio del art. 25 por el que las penas deben orientarse a la reinserción social, ni que la ley de ejecución hipotecaria ignore el art. 47 y el derecho a una vivienda digna o que se anule el amparo que el art. 49 otorga a los dependientes... Se trata de que el PP, a través de la misma normativa básica y decretos leyes con que los sucesivos ejecutivos españoles han venido cercenando el autogobierno de las comunidades históricas -de modo evidente en lo que se refiere a Euskadi-, está situando ahora al Estado, aun a falta de que las sentencias del TC confirmen los incumplimientos, al margen de los derechos y deberes que la Constitución estipula. Es decir, en la aconstitucionalidad.