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El diálogo vuelve a Colombia

La apertura de un proceso de conversaciones entre el Gobierno y las FARC abre una nueva expectativa de solución dialogada a un conflicto violento abierto desde hace más de cincuenta años, con millares de víctimas y desplazados

EL presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, compareció oficialmente ayer en Bogotá para confirmar "el desarrollo de conversaciones exploratorias con las FARC para buscar el fin del conflicto", que asola al estado americano desde hace más de cincuenta años. De esta manera dio carta de naturaleza a la información avanzada un día antes por el canal de televisión venezolano Telesur, próximo al presidente Hugo Chávez, que adelantó algunos detalles pendientes de confirmación: las conversaciones "secretas" -en las que han participado los gobiernos de Venezuela, Cuba y Noruega- comenzaron en mayo; y está previsto que la mesa de diálogo comience su tarea en octubre, en la capital noruega, para trasladarse posteriormente a Cuba. La iniciativa ha contado con el apoyo expreso e inmediato de la ONU, que se ha mostrado dispuesta a facilitar el diálogo y ha declarado que el cese de las hostilidades facilitaría el proceso de paz. La declaración presidencial no aclara los términos en los que se van a desarrollar estas conversaciones, que se verán respaldadas por la reciente aprobación del Marco Jurídico para la Paz en el Congreso, una norma que permite al Gobierno abrir un proceso de negociación que, en opinión de Santos, "podría permitir la terminación del conflicto" y ofrecer a los miembros de las FARC una salida política. La noticia ha generado una enorme expectación en el país y ha suscitado un debate sobre los contenidos y las condiciones en los que se ha de desarrollar. Algunos sectores políticos y sociales muestran su preocupación por que el conflicto se cierre mediante un acuerdo sea un obstáculo para la aclaración de los hechos violentos acaecidos y olvide las víctimas que tantos años de violencia guerrillera y paramilitar han ocasionado en el país. No es la primera vez que el Ejecutivo colombiano intenta superar el conflicto violento mediante el inicio de un proceso de paz -lo intentó el presidente Pastrana, quien se empeñó personalmente entre 1998 y 2001 por encontrar una solución dialogada-, pero aparentemente las partes implicadas en las conversaciones se aprestan esta vez "a aprender de los errores del pasado y a llegar a la finalización del conflicto y no a su prolongación" para lo que cuentan con el compromiso y el respaldo internacional.