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Más por menos

Los datos económicos del Gobierno vasco dibujan un escenario preocupante para el futuro inmediato, en el que las necesidades de financiación de la deuda condicionarán el uso de recursos para reactivar la economía

EL lehendakari anunció para hoy la comparecencia ante los medios de comunicación de su consejero de Hacienda, Carlos Aguirre, a fin de que explique con todo detalle cuál es el estado de las cuentas públicas vascas y zanje así el uso perverso que hace de este asunto el PNV, el cual, en su obsesión por entorpecer la gestión del Ejecutivo de Gasteiz, estaría perjudicando a la imagen y a la credibilidad de Euskadi. Durante los tres años largos que ha durado el mandato socialista no siempre ha sido fácil conocer con cierta claridad las cuentas de ingresos y gastos, ni la situación del déficit público -información que a veces ha llegado a través de otras instituciones-, ni el estado de la tesorería, ni el uso que se estaba haciendo de los recursos obtenidos a través del endeudamiento al que nuestro Gobierno tan generosamente ha recurrido. Los datos existentes muestran una gestión gubernamental claramente inoperativa y dibujan un escenario preocupante para el correcto funcionamiento presente y futuro de las políticas públicas de la Administración vasca. El lehendakari presume de haber hecho más con menos, pero las cifras apuntan en la dirección opuesta: menos crecimiento, más recesión, más deuda, menos inversión pública, más carga financiera, más déficit, menos reservas, más parados, menos apoyo a pymes y autónomos, más recortes en sanidad o educación y menos presupuesto para I+D+i. El Gobierno liderado por los socialistas vascos no es el responsable de la crisis financiera internacional, ni de la recesión económica, pero sí es su responsabilidad haber multiplicado la deuda -es como si cada uno del millón de contribuyentes vascos tuviera un préstamo de 5.543 euros con la Hacienda vasca-, haber renunciado a controlar el déficit generado por las instituciones autonómicas, haber arrasado con las reservas financieras que han existido en la Administración autónoma desde sus orígenes, y no haber priorizado el uso de los recursos disponibles, posponiendo irresponsablemente la adopción de medidas que ayuden a la inversión, la reactivación de la economía y la generación de empleo. Lo que la sociedad vasca espera de sus gobernantes es que estos tomen decisiones, implanten políticas claras y busquen resultados. Justo lo que este Gobierno no ha hecho.