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Ante el final de un tiempo perdido

Los argumentos esgrimidos por el lehendakari para convocar elecciones ponen de relieve la incapacidad que ha mostrado para liderar los principales asuntos que han ocupado la agenda política de Euskadi durante su mandato

EL lehendakari Patxi López convocó ayer las próximas elecciones al Parlamento Vasco para el domingo el 21 de octubre, dando por finalizado antes de tiempo un mandato que debía haber finalizado en marzo de 2013. Se trata, sin duda, de un anuncio que ha llenado de alivio a muchos sectores de la sociedad vasca, sobre todo a todos aquellos que desde el primer día no se han sentido representados por su Gobierno o han sufrido las consecuencias de su sectarismo, su debilidad y su incapacidad para gestionar adecuadamente y acordar los asuntos principales que afectan y preocupan a la ciudadanía vasca; un alivio causado, en fin, por la esperanza de presenciar el ocaso de un tiempo echado a perder. Ni la solemnidad del anuncio ni la combatividad del texto utilizado durante su comparecencia consiguieron ocultar el abatimiento que trasmitió el lehendakari. López no aportó un solo argumento para justificar su decisión que igualmente hubiera podido tomar, por ejemplo, tras la vuelta de la izquierda abertzale a las instituciones, después de que el PP le retirara su apoyo en el Parlamento Vasco, o que incluso hubiese podido retrasar hasta el último minuto reglamentario. Las acusaciones a PNV y PP de haber llenado de obstáculos la legislatura o la apelación a la necesidad de alcanzar grandes acuerdos para hacer frente a la nueva situación no hacen sino constatar la incapacidad que ha demostrado el Gobierno presidido por Patxi López para llegar a acuerdos con otros partidos e instituciones, y demuestran que el secretario general del PSE no es el líder adecuado para abordar los cambios que la política y la sociedad vasca necesitan. Cabe destacar asimismo la resistencia del lehendakari a aceptar la realidad y su empeño en despreciar la percepción que existe sobre su criticada gestión: la larga lista de logros que desgranó en su intento por justificar la acción de su gobierno es la mejor demostración de lo que pudo haber sido y no fue el balance de su mandato. Cuesta entender que habiendo ostentado todo el poder que los socialistas vascos han acumulado durante el mandato de Patxi López, el socialismo vasco no haya tenido la capacidad de aprovechar esta oportunidad histórica y al cabo no tengan otra opción que asumir el error que cometieron hace cuatro años, pactando con el PP.