Presupuestos y deuda
La situación no da para grandes alegrías y exige de cualquier dirigente público una alta dosis de responsabilidad, pero no podemos avalar ni el proyecto ni la actitud del Gobierno. Y no parece que estemos solos: la mayoría de la ciudadanía no se fía del Ejecutivo López
DESPUÉS de año y medio de caída, y desde que el último trimestre de 2009 la economía vasca emprendiera una tímida y titubeante mejoría, lo cierto es que ésta no acaba de estabilizarse, de consolidarse, de despuntar. Por el contrario, esa leve y débil recuperación ha sufrido un frenazo en los últimos meses. A la luz de los datos de evolución del tercer trimestre del año, la conclusión no puede ser otra sino ésa, que la recuperación de la economía vasca se ha estancado.
Las últimas previsiones del Gobierno vasco nos hablan de un exiguo crecimiento del 0,3% para este año. Al contrario que España (-0,3%), crecemos, estamos volviendo a crecer, ahora bien, lo hacemos a enorme distancia de la zona euro (1,5%) y del conjunto de la Unión (1,7%). Y, además, según reconoce el propio Gobierno en sus estimaciones, en Euskadi concluiremos 2010 con un descenso del empleo del 0,7%, o, lo que es lo mismo, la destrucción de unos 7.000 puestos de trabajo.
Resulta evidente, por tanto, que la situación no da para grandes alegrías y que lo primero que exige de cualquier dirigente público o institucional es una alta dosis de responsabilidad, lo que nos ha llevado a ofrecer nuestro apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, apoyo que en contrapartida nos ha servido para lograr una transferencia tan importante cual es la de las políticas activas de empleo, más si cabe en una coyuntura económica como la que estamos atravesando.
Desde esta misma premisa de partida, con responsabilidad, ha abordado EAJ/PNV la tramitación parlamentaria de los Presupuestos del Gobierno vasco para el ya cercano 2011, lo que nos ha llevado a no presentar una enmienda a la totalidad al proyecto gubernamental y a, con voluntad constructiva, tratar de mejorar, de cubrir los déficits y carencias que hemos detectado en el mismo, mediante una batería de enmiendas parciales.
Hasta 181 enmiendas parciales, por un importe de 182 millones de euros, con especial incidencia en tres áreas: educación, investigación e innovación, e infraestructuras. En primer término, porque en un país en el que la única y mejor materia prima que tenemos es nuestro capital humano y entendemos, en consecuencia, que gastar hoy en la formación de las personas es invertir en el futuro de nuestro país. Otro tanto cabe decir respecto al gasto en I+D+i con objeto de garantizar que en el futuro la vasca siga siendo una economía competitiva, así como en lo que respecta a la modernización y puesta a punto del medio físico, de nuestras infraestructuras. Hemos pretendido un aumento de las partidas que financian estos tres ámbitos por un montante de 127 millones.
Ésta pretendía ser nuestra principal aportación política a un presupuesto manifiestamente mejorable, sin por ello descuidar -para eso se vale sólo el Gobierno de López- políticas tan sensibles para nosotros como son las relativas al fomento del euskera, en particular, y de la cultura vasca en general, a las que hemos querido insuflar otros 16 millones de euros.
Sin embargo, el ejercicio de responsabilidad del primer grupo del Parlamento, el carácter constructivo de nuestro proceder a lo largo de toda la tramitación del proyecto presupuestario, no ha sido correspondido en modo alguno por el Gobierno, que nos ha vuelto a decepcionar, que ha vuelto a no estar a la altura de las circunstancias. Una vez más, cuando se toca nervio, la mayoría artificial de PSE y PP se ha vuelto a comportar como un pacto de hierro y ha laminado al resto de la Cámara, rechazando una tras otra las más de mil enmiendas presentadas por los grupos de la oposición. Es más, en un gesto absurdo y casi hasta insultante ha aceptado tres de nuestras enmiendas, por una cuantía de 90.000 euros -en un Presupuesto de 10.500 millones-, dato que ilustra a la perfección la nula voluntad del Gobierno López y del Partido Popular, que le aupó y le mantiene.
Si a todo ello se añade que en los Presupuestos para el año 2011 la inversión, al igual que este año, continúa bajando -hasta un 6%-, y que los gastos destinados a sufragar el funcionamiento ordinario de la Administración no descienden en la medida de lo que el propio López prometió solemnemente ante el pleno del Parlamento? Esto es, si añadimos que se piensa persistir en hacer justo lo contrario de lo que la coyuntura económica demanda de un presupuesto público, que es apretarse el cinturón en todo lo que sea gasto corriente e invertir, invertir para que cuando pase la crisis nuestra recuperación pueda ser más rápida y más sólida?
Si a todo ello se añade que ese incremento de muchos gastos superfluos, prescindibles, y esa merma de la tan necesaria inversión pública se están llevando a cabo a costa de un endeudamiento galopante, casi desmedido, que en apenas año y medio ha pasado de los 642 millones de euros a más de 4.343 millones (del 1% al 6,56% de nuestro PIB), esto es, un endeudamiento que ha subido un 576%...
Y si a todo ello se añade que quienes acusaban a anteriores gobiernos de practicar la exclusión con todos aquellos que no fueran de su cuerda y dijeron venir a gobernar para toda la sociedad vasca y no sólo para los nacionalistas vascos, ahora resulta que conceden el 98% de los fondos destinados a los municipios vascos al 2% de éstos -los 22 ayuntamientos gobernados por alcaldes socialistas y populares- mientras el 98% de los consistorios de Euskadi se tienen que conformar con el restante 2% de lo presupuestado en este apartado?
La conclusión resulta clara, evidente: no hemos votado en contra del segundo presupuesto del Ejecutivo López, no; pero tampoco podemos avalar ni el proyecto ni la actitud del Gobierno.
Pero no parece que en EAJ/PNV estemos solos en esto. Al revés, parece que nos pasa como a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas vascas, pues según nos han dicho estos días dos ilustres socialistas como los señores Urrutia y Llera, la mayoría de la ciudadanía vasca no confía en el Gobierno de Patxi López (61% según Urrutia, 73% para Llera). La mayoría de la ciudadanía vasca (49%) ve que López no sabe cómo resolver los problemas del país. La mayoría de la ciudadanía vasca (71%) piensa que López está haciendo poco o nada ante la crisis económica. La mayoría de la ciudadanía vasca opina que su gestión no está siendo buena (en una escala de 0 a 10 obtiene una nota de 4,5 con Urrutia y de 4,1 con Paco Llera). La mayoría de la ciudadanía vasca (64%), considera, en fin, que el Ejecutivo López es muy poco eficiente en la administración del dinero público.