FAMILIARES, amigos y representantes institucionales rindieron ayer homenaje al empresario Joxe Mari Korta, en el lugar de Zarautz en el que fue cobardemente asesinado por ETA hace justo diez años. Una década después de aquel atentado que -como tantos otros- sacudió los cimientos y las conciencias de muchos ciudadanos, parece abrirse un tiempo de esperanza en el que es de justicia recordar a las víctimas de la barbarie que, con su propia vida, han contribuido a que hoy la ansiada paz pueda estar más cerca que nunca. Y entre estas últimas, destaca el que fuera presidente de Adegi Joxe Mari Korta, que, a pesar de la incomprensión de otras patronales, e incluso por algunos dentro de su propia organización, siempre tuvo claro desde el primer momento que el diálogo y la negociación son los instrumentos necesarios para la consecución de la paz. Tenía tan claro lo que significaba contar con el activo de la paz para la estabilidad, bienestar y desarrollo político, económico y social del país que no dudó -en aquel 1998 cuando ETA promulgó una tregua al socaire del pacto de Lizarra- en que la propia patronal hiciera una declaración institucional en favor del proceso que se vislumbraba. De ese documento se ha extraído una frase que ha conformado lo que se ha venido en denominar el espíritu Korta y que resume su forma de hacer y su actitud ante la vida: "La paz es un valor fundamental y a favor de la cual merece la pena arriesgarse, y hasta equivocarse". Un compromiso que pone de relieve cómo el afán emprendedor que Korta imprimió en sus empresas, lo trasladaba a cualquier ámbito de la vida y, mucho más, a la gran asignatura pendiente del país, la paz. Korta tuvo claro por su propia experiencia que en las inversiones a veces se gana y otras se pierde; pero, sin duda, siempre se pierde si no se apuesta por un objetivo. Hoy, diez años después, ese espíritu Korta sigue vigente. Sus allegados quisieron dejarlo claro ayer en el acto de recuerdo, cuando se reafirmaron en "el compromiso de trabajar para traer la paz". Una paz "sin mártires ni héroes" en cuyo afán "nunca tendrán cabida quienes creen poder disponer de la vida de los demás". También el propio hijo del empresario asesinado, Ibai Korta, reivindicó el pasado jueves su hoja de ruta para aportar un grano de arena al futuro y a la paz tan ansiada de nuestro país. Esta apuesta por la paz, por el diálogo, por el futuro social, económico y político de Euskadi conforma, en definitiva, ese espíritu Korta que, en muchas ocasiones, contrasta con otro tipo de discursos provenientes desde quienes se arrogan representatividades que no siempre les corresponden. Un compromiso plenamente vigente como símbolo de valores y responsabilidad permanente con la sociedad en favor de esa gran inversión colectiva que es la paz.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
