CONSEJOS GENERALES
Enfriar la zona. En una quemadura leve, lo principal es enfriar la zona un rato. Luego aplicamos una pomada de corticoide, que actúa como antiinflamatorio y la tapamos para evitar el roce.
Limpieza. Si al hacer una cura vemos que la herida tiene un color oscuro o verdoso o amarillento, con secreción, está infectada. Necesita una limpieza a fondo y un tratamiento antibiótico. La visita al médico es obligada.
¿Mancha negra? Cuando curamos con Silvederma o Flammazine, al levantar la cura, puede aparecer una mancha negra. Es debido a la plata que lleva la pomada y que con las secreciones de la piel forma nitrato de plata, que es de color negro. Se quita sin problemas al lavarla con agua. La pomada se puede seguir utilizando en las siguientes curas.
Secar bien. No hay que alarmarse si se moja el apósito o vendaje. No debe permanecer húmedo para no macerar la piel lesionada, pero si se moja, se seca y se vuelve a curar. Si se quiere uno duchar no hay problema. Se retira el apósito y se ducha teniendo cuidado de no frotar en la herida. Luego hay que secar bien, sin frotar y volver a curar. Si la zona lesionada es muy extensa es mejor no mojarla hasta que el médico dé su consentimiento.
¿Quitar o no la ropa? Cuando la quemadura se produce por vertido de un líquido muy caliente, lo primero que hay que hacer es quitar la ropa mojada. Si está muy ajustada al cuerpo se corta con una tijera. Cuanto más tiempo permanezca en contacto con la piel más grave y extensa será la lesión. Después a la bañera con agua fría. Y allí paciencia. Y cada cierto: tiempo, unos 10 o 15 minutos renovar el agua porque ya no está fría. En ningún momento debe quedar sin agua la zona quemada. Cuando se prenda fuego la ropa hay que tratar de apagarla echando una manta encima o algún paño similar, haciendo presión contra el cuerpo para apagar el fuego. Si la ropa quemada se queda pegada a la piel no se debe tirar de ella. Se introduce la parte afectada en agua fría y, después –cuando la zona quemada se haya enfriado convenientemente–, con la herida envuelta en un paño frío y húmedo, se acude al médico.
Primera atención. Ante una quemadura el que más puede hacer para minimizar el daño es el interesado, si está en condiciones de hacerlo, o la persona que tenga más cerca en ese momento. El médico es el que más sabe de quemaduras, pero conviene llevarle al quemado en las mejores condiciones posibles. Si dejamos que la quemadura progrese en los primeros momentos, el médico no puede reparar el daño irreparable, la avería ya está hecha.