Foncillas reside desde hace 27 años en Nueva York. Foto: Antonio Castro
Luis ‘Koitz’ Foncillas
Periodista y fotógrafo

“Los extranjeros, tras el 11-S, éramos sospechosos”

El periodista y fotógrafo navarro Luis ‘Koitz’ Foncillas cuenta que no se “atrevía a abrir la boca” en público

Entrevista de Arantza Rodríguez

Al periodista y fotógrafo navarro Luis Koitz Foncillas el 11-S le sorprendió de vacaciones en París. “Puse la tele en el hotel y un amigo mío estaba narrando los hechos en directo desde una ventana del Edificio Chrysler. Fue como un sueño o más bien una pesadilla. Tras el shock inicial, comenzamos a contactar a familiares y amigos para asegurarnos de que estaban bien. Había mucha confusión, las líneas estaban bloqueadas y fueron momentos de muchos nervios”, recuerda. Apenas unos días después aterrizaba en Nueva York, donde lleva viviendo 27 años. “No se me olvida el silencio en las calles y las miradas asustadas de los ciudadanos”. Tampoco “el humo que durante meses salió del solar donde estuvieron las torres”.Ni “la paranoia que nos entró a todos”. “Me daba miedo montarme en el metro. Cuando se paraba en el túnel comenzaban los sudores y la ansiedad. Lo peor era ver que toda la gente se comportaba de la misma manera, por lo que, para no ponerme más nervioso, cerraba los ojos o miraba al frente. Fueron unas semanas muy difíciles, quizás meses”, relata.

Me daba miedo montarme en el metro. Cuando se paraba en el túnel comenzaban los sudores y la ansiedad”

Luis Koitz Foncillas

Con los brutales atentados, dice Koitz, “cada estadounidense se sintió personalmente atacado” y las sensibilidades estaban a flor de piel. “En el trabajo una compañera me dijo algo así como: Cállate, que tú no eres de aquí y a partir de ese día no dije nada más en público. Hasta entonces tener un acento en Nueva York no tenía la menor importancia, pero aquellas semanas no te atrevías a abrir la boca en el metro o en la calle porque te convertías en blanco de miradas e incluso en objeto de cierto odio. Los extranjeros éramos sospechosos. Fue una época muy dura para todos”, lamenta este profesional que, desde que dejó de ser corresponsal de Radio Euskadi en Estados Unidos, nunca más volvió a poner la tele la mañana del 11 de septiembre “porque duele mucho”. Y eso que la única persona afectada por los atentados que conocía personalmente volvió a nacer ese día. “Logró salir con vida y corrió sin parar desde el Bajo Manhattan hasta su casa en Queens. Nunca ha vuelto a ser el mismo”, cuenta.

“EE.UU. no aprende de sus errores”

Echando la vista atrás, en dirección a Asia, Koitz explica que Estados Unidos “entró en Afganistán como represalia por los ataques para dar una lección a los terroristas y demostrar al mundo su poderío, pero a los terroristas no se les puede dar lecciones. No se puede entrar a un país para cambiar el modo de vida o la política. Parece mentira que EE.UU. no aprenda de sus propios errores o de los de los demás. Por ejemplo, de Rusia”, comenta.

La llegada de los talibanes nos recuerda que podemos volver a ser objetivo terrorista”

Aunque “la ocupación de Afganistán por parte de EE.UU. y de sus aliados trajo cosas buenas, como la educación o la participación de la mujer en la sociedad”, todo esos avances, lamenta, “los van a borrar de un plumazo los talibanes y el país se va a quedar en una situación de pobreza alarmante”. Por si fuera poco, dice, “su llegada nos ha recordado que este país, y Nueva York en particular, podemos volver a ser objetivo terrorista”. En este sentido, recuerda que “tras los atentado se pusieron en marcha muchas medidas para prevenir situaciones similares, se crearon ministerios nuevos, se consolidaron las agencias de espionaje... Creo que estamos mas preparados de lo que lo estábamos hace un par de décadas para enfrentarnos a ataques, pero no hay que olvidar que los terroristas van por delante”.

Convencido de que todos, “también la Unión Europea y otros aliados de EE.UU.”, deberían “hacer autocrítica y sacar lecciones de estos 20 años en Afganistán”, no las tiene todas consigo. “La evacuación y los fallos de cálculo de Joe Biden en Afganistán han sido muchos”, señala. No obstante, “declaró hace poco que los últimos acontecimientos son una prueba de que ninguna fuerza militar conseguirá jamás entregar un Afganistán estable, unido y seguro. Me parece que reconoce así que se pueden cambiar gobiernos por la fuerza, pero las cosas no cambian si un país no quiere y creo que predicen una actitud de EE.UU. diferente en el mundo. Solo el tiempo lo dirá”.