El Senado de Estados Unidos aprueba este martes por un solo voto el polémico plan fiscal y presupuestario del presidente Donald Trump, que ahora ha sido devuelto a la Cámara Baja del Congreso para su revisión y voto final, con la presión de remitirlo al mandatario para su firma antes del 4 de julio, como él mismo ordenó.
El vicepresidente JD Vance facilitó el paso de la norma con la más estrecha de las mayorías (51-50) al emitir el desempate para destrabar un maratoniano proceso de votación de más de 24 horas, que evidenció las fisuras dentro del Partido Republicano sobre este plan presupuestario.
Tres republicanos en contra
Tres de los 53 senadores republicanos dijeron “no” al bautizado por Trump como el “One Big Beautiful Bill” (El gran y hermoso proyecto de ley), que busca extender los recortes presupuestarios del primer mandato del neoyorquino (2017-2021), imponer mayores restricciones al gasto público y aprobar mayores fondos para Defensa y el control migratorio.
Los 45 legisladores demócratas y tres independientes restantes también se opusieron a la ley, que añadiría 3,3 billones de dólares a la deuda pública dentro de 10 años, según un nuevo estimado de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un cálculo que supera los 2,4 billones de dólares de la versión aprobada el 22 de mayo la Cámara Baja.
El aumento del déficit fue el principal obstáculo que enfrentó la propuesta entre el ala más conservadora del partido –tradicionalmente contraria al aumento del gasto público–, algo que también podría retrasar su futura aprobación en la instancia menor del Congreso.
Precisamente, el alto costo de la legislación enfrentó a Trump con su antiguo aliado y exconsejero, el magnate Elon Musk, quien insistió recientemente en que “a cada miembro del Congreso que hizo campaña sobre reducir el gasto gubernamental e inmediatamente votó por el mayor incremento de la deuda de la historia, debería caérsele la cara de vergüenza”.
Preocupación por los recortes
Por otra parte, un grupo de senadores republicanos más moderados expresaron su preocupación por los recortes al plan médico Medicaid para personas de bajos recursos y el programa de asistencia para la compra de alimentos SNAP y los efectos que estas limitaciones tendrían en sus comunidades.
Durante la larga sesión nocturna que se extendió hasta el mediodía de la jornada de este martes, los senadores emitieron 45 votos consecutivos en el llamado “vote-a-rama” más largo en la historia de esa instancia legislativa, un proceso en el que los senadores votan enmiendas al proyecto.
Hasta este momento, el récord se situaba en 44 votaciones registradas en marzo de 2008.
Durante el proceso, los legisladores se pronunciaron sobre las disposiciones incluidas en el texto de la ley, entre ellas la eliminación de una medida que habría impedido a los estados regular el desarrollo de la inteligencia artificial.
Ahora el megaproyecto vuelve a la Cámara de Representantes –donde se repite la incertidumbre que rodeaba a esta votación en el Senado–, con una estrecha mayoría republicana, que revisará los cambios aprobados y donde se espera que los legisladores trabajen también a contrarreloj para cumplir el plazo del 4 de julio, el Día de la Independencia estadounidense, impuesto por Trump para la firma de la normativa.
"Más fácil" en la Cámara
El presidente Trump dijo tras la aprobación en el Senado de su ambicioso megaproyecto de ley fiscal y presupuestaria, que cree que la iniciativa lo tendrá "más fácil" para superar una votación final la Cámara Baja.
"Es un gran proyecto de ley. Hay algo para todos y creo que va a funcionar muy bien en la Cámara (de Representantes). De hecho, creo que será más fácil en la Cámara que en el Senado", dijo el mandatario durante una visita a un nuevo centro de detención para migrantes en el Estado de Florida.