El Gobierno de Reino Unido señaló ayer que la coalición de voluntarios para apoyar a Ucrania tiene definidos los objetivos para un despliegue militar en el terreno, apuntando a un contingente “creíble” para garantizar la eventual paz por tierra, mar y aire.
En la intervención inicial para arrancar la reunión de ministros de Defensa de la coalición de voluntarios organizada por Francia y Reino Unido en la sede de la OTAN en Bruselas, el ministro de Defensa británico, John Healey, expuso que la primera prioridad es garantizar la seguridad en el cielo y en el mar y de “apoyar la paz en tierra” además de reforzar al máximo al Ejército ucraniano para que repela cualquier ofensiva.
En este contexto señaló que la coalición cuenta con una “planificación real y sustancial”. “Nuestros planes están bien desarrollados y tenemos objetivos claros para Ucrania”, subrayó.
Healy se refirió en concreto a la iniciativa de un contingente militar en Ucrania, indicando que las fuerzas de garantía “sería un acuerdo de seguridad comprometido y creíble” para que la paz negociada en Ucrania concluya en una paz duradera.
En todo caso, el titular británico recordó que Rusia continúa con sus ataques diarios contra Ucrania, por lo que pidió “no olvidarse de la guerra” y ejercer toda la presión posible contra el Kremlin para que se siente a negociar.
Al tiempo, puso de relieve la señal que la coalición manda al presidente ruso, Vladimir Putin, al reunir a 30 países a los que les une la creencia en que “la paz es posible” y que deben estar preparados para cuando llegue.
Antes de la reunión, la primera entre ministros de Defensa y que estaba llamada a definir los planes para el futuro despliegue militar en Ucrania, el titular neerlandés, Ruben Brekelmans, indicó que resulta clave conocer los planes militares y aclarar qué tipo de misión y qué papel puede jugar en Ucrania una vez se alcance un alto el fuego en el conflicto.
“Es importante que haya una imagen clara de lo que supondría una misión de este tipo. Y entonces también podremos tener nuestro proceso nacional de toma de decisiones”, argumentó, para subrayar que resulta clave tener a EE.UU. “a bordo”.
De lado de Letonia, el ministro de Defensa, Andris Spruds, señaló que la fuerza de garantía “está en la agenda” y resulta un “importante mecanismo” para ayudar a Ucrania, aunque explicó que todavía queda “encajar piezas del puzzle” para ver el escenario de un alto el fuego y cómo realizar el despliegue.
Frente a las dudas entre otros aliados de Ucrania de poder enviar el contingente sin el respaldo de EE.UU., insistió en que Europa debe dar un paso al frente y recordado que el continente cuenta con dos millones de militares en sus Fuerzas Armadas. “La cuestión es cómo de eficientes y de capaces somos de reunir fuerzas móviles”, indicó, reiterando la disposición de Riga de aportar a la misión en Ucrania si se termina acordando.
Por su parte, el titular sueco, Pal Jonson, expresó su intención de “tener más respuestas” respecto a los planes militares para reforzar a Ucrania apuntando que todavía es “pronto decir” si habrá un despliegue.
“Es útil que quede claro en qué consistiría esa misión y para qué serviría si sería de mantenimiento de la paz, de disuasión o de garantía. Creo que dependiendo del volumen, en función de qué objetivos”, indicó, para apuntar también a definir las reglas de enfrentamiento.
Su compañero finlandés, Antti Hakkanen, reiteró que la prioridad es reforzar a Ucrania militarmente a la vista de que Rusia “no tiene suficiente deseo de paz”, tras apuntar que la reunión serviría para determinar la cantidad de tropas y capacidades que necesita Kiev.
En todo caso, insistió en la implicación de Washington en la iniciativa porque “sigue siendo un actor crucial para garantizar la seguridad duradera” en el terreno. “EE.UU. debe participar de alguna manera”, resumió.
La reunión en la sede de la OTAN junta a una treintena de ministros y pretendía avanzar en la planificación de una fuerza multinacional que ayude a controlar la paz en Ucrania a largo plazo, con la idea de un despliegue que refuerce la seguridad una vez se alcance un alto el fuego.
Todavía quedan muchas incógnitas por dirimir respecto a este despliegue militar, que Macron ha limitado a un grupo de países interesados y que debería contar con el respaldo técnico y político de EE.UU., como viene insistiendo Starmer. Fuentes aliadas admitían recientemente que el contingente internacional será inviable si no cuenta con el visto bueno de Rusia.