En el cuarto aniversario del Brexit un grupo irreductible de británicos que sueñan con volver a la Unión Europea, se manifestaron ayer ante el Parlamento de Londres con una promesa: “No nos rendiremos”. Enarbolando banderas comunitarias y británicas, con pancartas contra el Partido Conservador –que en 2016 convocó el referéndum que llevó a la salida– y megáfonos, los activistas clamaron una vez más que, aunque la clase política trate de pasar página, ellos no olvidan.

Su protesta frente al campanario del Big Ben coincidió con la entrada en vigor ayer, tras varios aplazamientos, de los controles fronterizos que ahora aplicará el Reino Unido a las importaciones desde la UE. Según los manifestantes, otro recordatorio del desastre económico que supuso el divorcio de Bruselas.

De cara a los comicios generales de este año en el Reino Unido, ninguno de los grandes partidos –Conservador, Laborista y Liberal Demócrata– propone regresar al bloque comunitario y se esfuerzan por eludir un debate que temen les reste votos.

Mientras la resistencia hacía ruido en la calle, en la red social X el ex primer ministro británico Boris Johnson, que en 2019 negoció el acuerdo de salida de la UE, defendía su legado.

“Cuatro años después del Brexit, celebramos la restauración del poder democrático de este país para elaborar sus propias leyes y normas”, escribió. “Debemos conservar el apetito y el coraje para alejarnos del modelo europeo de bajo crecimiento y alta regulación”, agregó.

Johnson pidió evitar volver a fórmulas de gestión de las relaciones comerciales que utilicen “preocupaciones artificiales sobre la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda” (que debe ser invisible para preservar el Acuerdo de Paz) como pretexto para mantener al Reino Unido alineado con las normas comunitarias.