El Gobierno de Finlandia ha anunciado este jueves su decisión de mantener cerrada por completo su frontera con Rusia, al menos durante cuatro semanas más, y han acusado a las autoridades rusas de haber permitido la creación de rutas migratorias ilegales desde los países de origen.

La ministra del Interior, Mari Rantanen, ha detallado que los nueves pasos fronterizos terrestres permanecerán cerrados al menos hasta el 11 de febrero de 2024, cuando se volverá a realizar una nueva evaluación de la situación.

"La seguridad nacional es una cuestión crítica para Finlandia", ha subrayado la ministra, quien ha alertado de que la amenaza de una operación híbrida rusa sigue existiendo", ha dicho en una rueda de prensa que recoge la cadena estatal Yle.

De acuerdo con el Ministerio del Interior, Rusia está utilizando a las personas migrantes como "herramienta de presión" para influir en las políticas de Finlandia, así como en la opinión pública, en represalia por las sanciones a las que se ha sumado por la invasión rusa de Ucrania y a su reciente entrada en la OTAN.

"El objetivo de las llegadas es llegar a Finlandia y al espacio Schengen. Al mismo tiempo, estas personas actúan como herramientas y son instrumentalizadas por Rusia", señala la nota del Ministerio del Interior.

El Gobierno finlandés cerró el total de sus nueve pasos fronterizos a finales de  noviembre con vistas por lo menos a estar vigente hasta el 18 de febrero de 2024. Después de la efímera reapertura de dos cruces a mediados de diciembre, un nuevo aumento de la inmigración acabó finalmente por motivar su clausura.

Varios países de la región han puesto en marcha medidas similares debido al aumento de los solicitantes de asilo que llegan a sus fronteras a través de Rusia, a quien acusan de empujar a estas personas a la frontera para crear inestabilidad.

Finlandia comparte 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, el tramo más largo que divide a un miembro de la OTAN del que se supone su principal adversario.