estambul/parís. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó ayer a Francia de genocidio en Argelia, como respuesta a una polémica ley aprobada en el país galo por la que se penaliza la negación del genocidio armenio perpetrado por el imperio otomano. "Francia masacró en 1945 a un 15% de la población de Argelia. Eso es genocidio", dijo Erdogan citado por la CNN turca. En un encuentro con la Organización Islámica del Trabajo (OIC), jefe de gobierno turco calificó la ley aprobada en Francia de ejemplo del racismo y la discriminación de musulmanes en el país galo y Europa.

Horas antes, el embajador de Turquía ante Francia, Tahsin Burcuoglu, había abandonado París como reacción a la escalada de tensiones entre ambos países. Además, Ankara ha restringido las relaciones militares y económicas con Francia.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, llamó a la mesura. "Respeto las convicciones de nuestros amigos turcos (...) ellos también deberían respetar las nuestras", dijo Sarkozy según informes de los medios franceses al margen del funeral del ex presidente checo Vaclav Havel en Praga. Sin embargo, Erdogan atacó personalmente a Sarkozy, del que dijo que alimentaba el racismo para ganar las elecciones. "No le teme a ese peligroso juego", dijo Erdogan.

el padre de sarkozy El primer ministro turco afirmó que Francia debía ocuparse de la masacre de Argelia y recomendó a Sarkozy preguntarle al respecto a su padre, Pal Sarkozy, que estuvo en Argelia como miembro de la Legión Extranjera francesa. La Asamblea Nacional en París votó un proyecto de ley que prevé para la negación del genocidio reconocido oficialmente penas de hasta un año de prisión y 45.000 euros.

En el Imperio Otomano murieron, según distintas estimaciones, durante la Primera Guerra Mundial entre 200.000 y 1,5 millones de armenios. Las crueldades infligidas a los armenios fueron consideradas genocidio por más de una decena de países, entre ellos Francia y Suiza.

Turquía, en el pasado parte del Imperio Otomano, niega el genocidio. El ministro del Exterior francés, Alain Juppé, llamó a los turcos a mantener la cabeza fría. "Hay muchos motivos para mantener relaciones de confianza e incluso de amistad entre Francia y Turquía", señaló ayer en Burdeos. "Déjennos intentar revivir las relaciones ahora estancadas. Será difícil. Soy consciente de eso, pero el tiempo desempeñará su papel".