Ceausescu sale de su tumba
Exhuman el cadáver para comprobar si corresponde al del dictador rumano
Los cadáveres del dictador rumano Nicolae Ceausescu y su esposa Elena, fusilados el 25 de diciembre de 1989, fueron exhumados ayer para determinar definitivamente la identidad de los muertos. Médicos forenses tomaron pruebas de tejido de los restos y ambos cadáveres volvieron a ser enterrados inmediatamente. Los numerosos curiosos que se habían dado cita en el lugar fueron mantenidos a a distancia por la policía. Los hijos de Ceausescu habían exigido hace ya algunos años un examen forense de los cuerpos porque dudaban de que sus padres fuesen efectivamente enterrados en la tumba que lleva sus nombres, en el cementerio Ghencea de Bucarest.
Mircea Oprean, yerno de Ceausescu, quien fue testigo de la exhumación, dijo a la emisora rumana Realitatea TV que en el ataúd de su suegro había huesos y ropa. También estaba la gorra de piel de cordero que Ceausescu llevaba puesta en el momento de su ejecución. En el pantalón se podían ver impactos de bala. Ello, señaló Oprean, hace suponer que los restos pertenecen en efecto a Ceausescu. El familiar criticó por lo demás que el cadáver fuese depositado directamente en en el sarcófago, sin la mortaja usual en la tradición cristiano-ortodoxa. La familia, dijo también Oprean, esperará a los resultados de las pruebas de ADN. Además, planea un nuevo entierro en otro lugar. Los forenses, por su parte, indicaron que el cadáver de Elena Ceausescu estaba en un estado de descomposición más avanzado, por lo que será más difícil realizar con ellas las pruebas de la sustancia biológica. Por otro lado, el jefe forense a cargo en el momento de la muerte de Ceausescu, Vladimir Belis, reconoció que firmó el acta de defunción del dictador el 30 de diciembre de 1989 sin haber visto el cadáver. El entonces viceministro de Defensa, Victor Athanasie Stanculescu, se lo exigió así, señaló. Los tres hijos del dictador, de los que solo vive actualmente Valentin Ceausescu, de 62 años, habían cuestionado en varias ocasiones la "autenticidad" de la tumba debido a que no existen documentos que certifiquen el entierro el 25 de diciembre de 1989 ni en la administración del cementerio ni en el ayuntamiento de Bucarest ni en el archivo militar. El Ejército organizó el entierro del dictador Ceausescu a toda prisa y en secreto.
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