Ayer arrancó la Automobile Barcelona, que es como se llama ahora el veterano certamen del motor catalán. El evento puesto en marcha por la Fira hace 106 años vuelve a llenar de coches y de curiosos el recinto de exposiciones de Montjuic durante ocho jornadas. A esta convocatoria han respondido 29 marcas. Buena parte de ellas procede de China o tiene estrechos vínculos con su industria automotriz. La presencia europea es tan escasa como en las últimas ediciones. La muestra depara varias novedades locales, un estreno para Europa (MG S5) y una premiere internacional (Ebro s400).
A pesar del nivel de respuesta mejorable, hay que considerar un éxito que el certamen salga adelante y alcance la 43ª edición. Más aun teniendo en cuenta la agonía que sufren en esta época salones internacionales antaño multitudinarios. Hoy sobreviven a duras penas dos o tres de ellos. Otros han evolucionado hasta convertirse en ferias locales con fines comerciales.
La paulatina desaparición de los grandes Motor Shows tiene que ver con los desmedidos desembolsos económicos que exigían. Mejor dicho, por la mínima rentabilidad de esas inversiones. Especialmente en un momento en el que el automóvil, como concepto, ya no fascina a una parte de la sociedad. Y la que sí se siente atraída no da el menor paso para conocer en persona lo que puede contemplar gratis y a la carta en su smartphone.
No obstante, las muestras que resisten continúan siendo buenos escaparates donde darse a conocer al público. Eso explica el interés de la industria china por el certamen de la Ciudad Condal, caja de resonancia muy útil para que algunas marcas salgan del anonimato mostrando sus prometedores automóviles. También hace comprensible la negativa de muchas marcas de toda la vida a apoyar con su presencia exposiciones donde el protagonismo se lo llevan otros. Es la misma reacción que produjo tiempo atrás la llegada de los fabricantes japoneses primero, y de los correarnos después. Unos y otros comenzaron siendo entusiastas defensores de este tipo de eventos, y hoy ya han comenzado las deserciones.
Este escenario propicia que la automoción china alcance una presencia mayoritaria en el listado de expositores en Barcelona este año. A las marcas originarias del nuevo coloso industrial asiático -BYD, Jaecoo, Leapmotor, MG, Omoda y Xpeng- se suman otras participadas por compañías chinas. En esa situación se encuentran las suecas Volvo y Lynk&Co, además de la hispana Ebro, refundada recientemente en Barcelona. Otra circunstancia similar es la del grupo italiano DR, que ensambla, viste y comercializa productos orientales con su nombre y a través de pequeñas marcas (EVO, Sportequipe e ICKX). Luego está el caso de la firma de Elon Musk, que tiene su sede en Austin (Texas), pero localiza la mitad de su producción en la factoría de Shanghái y recurre mayoritariamente a proveedores chinos.
La exigua armada europea enfrentada a esa invasión china está liderada por Renault, con sus adláteres Alpine y Mobilize, junto al binomio SEAT-Cupra y a Ford. A su lado, en calidad de espectadora, la flota japonesa (Honda, Nissan y Suzuki) contempla el panorama en compañía de las surcoreanas Hyundai y KGM.
Las novedades de Automobile Barcelona 2025
Ebro s400. Es la estrella de Barcelona, porque realiza su presentación mundial y porque se va a fabricar en la propia capital. Este SUV de 4,32 metros es el hermano pequeño del dúo s700 y s800. Anuncia una motorización híbrida sin precisar si será la ligera MHEV con 145 CV que monta su inspirador, el Chery Tiggo 4 Pro. El precio puede ser rompedor.
MG S5. La firma china heredera de la británica Morris Garage da a conocer este SUV eléctrico de cuatro metros y medio. Programa dos variantes: motor de 170 CV con batería de 49 kWh y 230 CV con acumulador de 64 kWh. La primera vaticina hasta 340 km seguidos, alcance que la otra aumenta a 480. Estará disponible en la segunda mitad del año.
Omoda 9. Este señorial SUV de 4,77 metros acaba de llegar a los concesionarios. Su sistema impulsor híbrido enchufable, que reparte 537 CV a las cuatro ruedas, permite rodar 145 km en modo eléctrico (tiene etiqueta ‘0’). Ambientado con elegancia y pertrechado con generosidad, el Omoda 9 abre su tarifa por debajo de 50.000 €.
Hyundai Ioniq 9. Es un imponente SUV eléctrico de 5,06 metros y siete plazas. Llegará tras el verano. Desplegará tres versiones motrices, vinculadas a una misma batería de 110,3 kWh. La inicial cuenta con un único motor de 218 CV para accionar las ruedas traseras, las otras tienen un motor por eje y rinden 313 y 435 CV. La autonomía llega hasta 620 km.
Denza Z9 GT. La marca vinculada a BYD presenta este elegante y deportivo modelo de cinco metros que recuerda a Porsche. Llegará a final de curso, en dos modalidades de impulsión. La eléctrica combina un motor delantero y dos traseros para rendir 965 CV. La declinación híbrida enchufable suma un cuarto bloque de gasolina y anuncia 170 km sin emisiones.
Renault 4. El segundo modelo de la oleada vintage eléctrica tras el R5 viste una simpática carrocería compacta, de 4,14 metros y cinco puertas, con cierto aire SUV. Propone una variante de 122 CV, con batería de 40 kWh y 308 km de alcance, por menos de 29.000 €. La versión superior de 150 CV, 52 kWh y 408 de autonomía, no alcanza los 32.000 €.
KGM Torres Actyon y EVX . Uno es la variante con silueta estilizada (4,74 m) del Torres; el otro la declinación eléctrica. El Actyon cambia algo el estilo estirando la zaga para ganar capacidad; el motor es el mismo turbo gasolina de 163 CV adaptable a GLP. El EVX es el Torres a pilas, con un bloque de 207 CV y batería de 73,4 kWh; augura 462 km con batería completa.
Leapmotor C10 REEV. La firma china participada por el grupo Stellantis es una de las revelaciones del mercado. Ahora incorpora al menú del C10, un SUV vistoso y bien equipado de 4,74 m, la versión REEV, con sistema de impulsión híbrida enchufable de autonomía extendida. Rinde 215 CV y permite recorrer 145 km sin emisiones. Su precio no llega a 34.000 €.