En el reparto de roles y objetivos lógico en cada estructura empresarial, a SEAT le corresponde asumir ahora el cometido de marca generalista y la misión de consolidarse como referente del mercado. Esa perspectiva del negocio ayuda a entender el nuevo rumbo de la marca y explica la reordenación de su gama. Buen ejemplo es el León, que simplifica su oferta para satisfacer las aspiraciones del grueso de la clientela que busca un turismo compacto de talla media o la declinación familiar del mismo. El popular modelo ha reducido su oferta de versiones, renunciando a las menos solicitadas y centrándose en aquellas con mejor salida comercial. No obstante, en el catálogo conviven numerosas soluciones para casi todos los gustos: versiones TSI de gasolina, diésel TDI, TGI a Gas Natural Comprimido, así como microhibridadas eTSI e híbrida enchufable PHEV (con etiquetas Eco y 0).

Al traspasar a su filial Cupra el testigo de la deportividad, SEAT queda liberada para acometer el reto de la sostenibilidad. Lo afronta, como es lógico, electrificando paulatinamente su gama, para garantizar la eficiencia sin renunciar a la solvencia y al dinamismo tradicionales.

Así pues, el repertorio contiene un poco de todo, para cubrir las necesidades tradicionales y aquellas que comienzan a aflorar. Responde a las primeras con motorizaciones diésel (110 y 150 CV) destinadas a los más viajeros, y afinados bloques de gasolina (110 y 130 CV) para cometidos más convencionales. Ofrece, asimismo, una variante gasolina compatible con GNC (130 CV).

La marca ha tardado en incorporar a su oferta la tecnología ‘Mild Hybrid’, que ahora ya está disponible en la mecánica gasolina 1.0 de 110 CV, asociada a transmisión automática DSG de doble embrague. Con la adopción de este sistema de hibridación suave a 48 voltios pasa a denominarse eTSI. Su contribución propicia rebajar a 5,3 litros el promedio de consumo y a 124 g/km el de emisiones en el mejor caso.

La punta de lanza tecnológica del reparto del León es la versión e-Hybrid enchufable. Este sistema de impulsión mixto, compartido con varios modelos del grupo VW, combina un bloque a gasolina 1.4 con otro eléctrico alimentado por una batería de 13 kWh. Procura un rendimiento conjunto de 204 CV y permite recorrer hasta 64 km en modo eléctrico, es decir, con nulas emisiones.