Los últimos tiempos de MotoGP están trayendo consigo novedades insospechadas. Jorge Martín y Marc Márquez, los dos campeones más recientes de la categoría reina, permanecen al margen de la competición recuperándose de sus respectivas lesiones. Francesco Bagnaia, gran aspirante al título como doble campeón previo a los Martín y Márquez, deambula perdido por la parrilla. Las Ducati, que llevan cuatro años monopolizando el éxito, han sido relegadas: en Australia y por primera vez en casi un lustro, la marca italiana no estaba presente entre las tres primeras posiciones de la parrilla de salida; igualmente, por vez primera desde que en 2023 se estrenara el formato al esprint quedaba fuera del podio. Es época de cambio en el Campeonato del Mundo. Es una lapso que concede, cuanto menos, un margen residual. Se dan un compendio de circunstancias que han abierto la veda para el resto de pilotos y marcas. Aprilia ha sido la fábrica que ha dado un paso al frente ante el vacío de poder. En concreto, Raúl Fernández, que se estrenó como ganador; es el séptimo vencedor del año. Fabbio Di Giannantonio salvó el honor de Ducati con la segunda posición y Marco Bezzecchi completó el podio para auparse a la tercera posición del Mundial.

Bezzecchi, ganador de la prueba al esprint, lideró las primeras vueltas. Su objetivo era abrir brecha lo antes posible para minimizar las consecuencias de la penalización que arrastraba. El italiano tuvo que cumplir dos long laps por provocar la caída de Marc Márquez en la cita previa. La sanción relegó a Bezzecchi al sexto lugar, lo que abrió la puerta a Raúl Fernández, que partía desde la cuarta pintura. El madrileño exprimió la oportunidad con destreza y determinación. Nadie pudo sostener su ritmo.

Una victoria inesperada que da un giro a la vida

“No lo puedo creer, porque después de tanto tiempo hemos podido encontrar algo. El equipo ha creído en mí y esta es la consecuencia de un trabajo arduo”, manifestó Raúl, que rodó con alrededor de tres segundos de ventaja durante gran parte de la prueba. Ello a lomos de una máquina satélite de Aprilia. Se reencontró con un triunfo que no lograba desde 2021, en su etapa en Moto2. En 2022 debutó en MotoGP, pero ha tenido que esperar hasta esta cita para tocar el cielo de Phillip Island. “No pensaba que podríamos ganar”, confesó. Las dudas llevaban tiempo asaltando su cabeza. “No lo estaba pasando bien. No era feliz. Ni siquiera podía levantarme por las mañanas con una sonrisa”, reveló sobre el pasado más reciente, acerca del sufrimiento del deporte profesional. Llegó a pensar en colgar el mono y ahora es el duodécimo piloto ganador de carreras en las tres categorías del Mundial.

Juan Carlos Fernández, padre de la criatura, no daba crédito. Sus ojos lucían llorosos. Davide Brivio, director del equipo Trackhouse, también tenía que frotarse los ojos: “No me lo puedo creer. Ha sido una prueba de madurez, ha superado un gran examen”. “Han sido muchos años fuera de ser tan competitivo”, ahondó Raúl, que relató así la hazaña: “No miraba las vueltas, aunque es verdad que las últimas cinco vueltas se me han hecho largas. Me he llegado a asustar, porque al quitarme el tear off luego no podía coger el manillar con la mano izquierda. Los nervios estaban a flor de piel”, reveló el madrileño de 24 años, que terminó gestionando con templanza el tremendo margen obtenido giros antes.

La batalla por completar el podio estaba detrás. Di Giannantonio, ese piloto de grandes finales de carrera –“cuido bien mis neumáticos”, argumentaba–, remontó desde la décima posición de salida hasta el segundo puesto. “Siempre que venimos aquí es un fin de semana fantástico. Es un resultado amargo y dulce, porque teníamos potencial. Hemos arruinado la victoria en la calificación”, lamentó el italiano.

Bezzecchi celebra como si fuera una victoria

El poleman Fabio Quartararo se fue desangrando hasta terminar undécimo. Algo similar le sucedió a Pedro Acosta, que llegó a verse en segunda posición para finalizar quinto, sufriendo con el desgaste de sus neumáticos. Esta puerta abierta la aprovechó Bezzecchi, que logró escalar hasta el tercer lugar, un resultado que celebró como una victoria, porque ya es tercero en el campeonato con una Aprilia que subió a dos motos al cajón. “Ha sido una carrera superdura, porque con la sanción todo ha sido mucho más complicado. Mi estrategia ha salido a la perfección, no me imaginaba poder llegar al podio”, repasó.

Álex Márquez acerca el subcampeonato 

Bagnaia, que desciende al cuarto puesto en el Mundial, volvió a sufrir un aciago gran premio. Pecco naufragó en la medianía hasta terminar arrastrado por el asfalto. Se cayó a cuatro vueltas del final mientras rodaba en la decimosegunda plaza. Su caída es en picado. Álex Márquez, por su parte, llegó a estar en disposición de firmar un podio, pero acabó en la cuarta posición, un resultado que no le permitió sellar el subcampeonato, pero que sí lo dejó más cerca.