Menos del 3% de las personas con discapacidad que cumplen los requisitos para viajar con acompañantes sin coste adicional en Bizkaia ha activado la tarjeta Barik personalizada con la exención de pago para su acompañante, según datos aportados por el Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB). Las personas con una discapacidad igual o superior al 45% o que acrediten algún grado de dependencia tienen derecho a viajar en transporte público con una persona acompañante sin que esta deba abonar el billete desde el pasado mes de julio.
Sin embargo, su implantación avanza “más lentamente de lo esperado”. En concreto, de las 18.826 personas que cumplen los requisitos, solo 536 –menos del 3%– han solicitado la activación de su tarjeta. Desde el Departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia han remitido una carta nominal a cada una de las personas beneficiarias para que accedan a la información sobre la medida y conozcan a través de una guía todos los pasos necesarios para solicitarla.
Para ello, deberán acudir a una oficina de atención al público de CTB, Metro Bilbao, EuskoTren, Bilbobus, Bizkaibus o Renfe con su tarjeta Barik personalizada. En el caso de que no se disponga de ella, se podrá solicitar en ese mismo momento en la oficina. La gestión puede realizarse personalmente, presentando el DNI, o a través de una tercera persona, que deberá aportar una autorización firmada por la persona titular, los DNI originales de ambas y una fotografía si la persona solicitante aún no dispone de la Barik personalizada. Una vez verificada la documentación, el personal de la oficina habilitará la tarjeta con la exención correspondiente para la persona acompañante.
Dos veces
Para viajar con acompañante, la persona beneficiaria deberá pasar dos veces consecutivas su tarjeta Barik personalizada en el punto de validación. El segundo pase no tendrá coste alguno.
En noviembre del año pasado, las Juntas Generales de Bizkaia instaron por unanimidad a establecer una exención de pago del billete para los acompañantes de las personas con discapacidad intelectual superior al 45% en el transporte público del territorio. Se pretendía así terminar con una “discriminación carente de sentido e injusta” con respecto a las personas con dificultades de movilidad física y favorecer que estos colectivos puedan desarrollar proyectos de vida independiente. Se trata de facilitar el apoyo de los acompañantes y, al mismo tiempo, evitar potenciar “el acompañamiento innecesario”. “Es preciso buscar el equilibrio entre eliminar cualquier barrera y espacio de discriminación con la promoción de la autonomía personal y el control de la propia vida, con la toma de decisiones y la protección de la intimidad”, se subrayó en aquella sesión.