En el Estado, los niños y menores que midan menos de 135 centímetros no pueden viajar en el asiento delantero del coche. La ley solo lo permite en tres situaciones concretas: cuando el vehículo no dispone de asientos traseros, cuando estos están ocupados por otros menores o cuando no es posible instalar todos los sistemas de retención infantil en la parte trasera.

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Incluso en estos casos, es obligatorio que el menor utilice un sistema de retención infantil homologado y que, si la sillita está colocada en sentido contrario a la marcha, el airbag del copiloto esté desactivado. El incumplimiento de esta norma puede suponer una sanción de 200 euros y la retirada de puntos del carnet de conducir.

Aunque esta normativa es estricta y conocida, los especialistas coinciden en que hoy el foco está en el transporte de animales de compañía, especialmente de los perros, que viajan cada vez más en el coche junto a sus dueños.

El transporte de perros, un asunto clave

La legislación no prohíbe de manera explícita que un perro vaya en el asiento delantero, pero sí establece que los animales deben estar correctamente sujetos y que nunca pueden interferir en la conducción. Esto significa que, en la práctica, llevar a un perro en esa plaza es desaconsejable y puede ser motivo de sanción si supone un riesgo para la seguridad.

Un perro suelto dentro del coche es peligroso y en caso de accidente o frenazo brusco, puede convertirse en un proyectil de gran impacto, causando daños graves tanto al animal como a los pasajeros. Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda que las mascotas viajen en la parte trasera, sujetas mediante arneses de doble anclaje, transportines homologados o barreras divisorias.

Bienestar animal y sanciones

La Ley de Bienestar Animal obliga a los conductores a garantizar que el animal viaje en condiciones adecuadas de ventilación, temperatura y comodidad. Además, en trayectos largos se deben realizar paradas para que el perro descanse, se hidrate y haga sus necesidades.

Dejar a un perro solo en el coche bajo condiciones de calor o frío extremos puede considerarse maltrato animal y conllevar multas importantes. Asimismo, transportar a una mascota sin un sistema de sujeción adecuado puede acarrear sanciones de 200 euros por infracción de tráfico, que se elevan si la conducta se considera grave desde el punto de vista del bienestar animal.

Uno más de la familia

Cada vez más familias viajan con sus perros, lo que convierte el transporte en un tema central para la convivencia y la seguridad vial. Los expertos en comportamiento animal subrayan que un perro bien sujeto no solo está más protegido, sino que también viaja con menos estrés y facilita la concentración del conductor.

Los perros no solo necesitan comida y ejercicio físico, también requieren afecto, atención y estimulación emocional. Freepik

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En paralelo al debate sobre cómo deben viajar las mascotas en los coches, los datos reflejan un aumento constante en el número de perros registrados en el Estado. Según el Registro de Animales de Compañía, en los últimos diez años el censo canino ha crecido de forma significativa y hoy supera los 9 millones de ejemplares, lo que convierte al perro en el animal doméstico más presente en los hogares. Este incremento responde a varios factores: un mayor reconocimiento del papel de los animales como miembros de la familia, la reducción de barreras sociales y legales para convivir con mascotas y el auge de estilos de vida que integran al perro en la rutina diaria.

Ese crecimiento explica también la relevancia de las normas sobre su transporte, ya que cada vez más personas viajan con sus animales en desplazamientos urbanos y en trayectos largos.