Eso sí que ha sido una invasión, la de los nostálgicos del ilustre refugiado en los Emiratos saliendo en tromba para proclamar que con él estas cosas no pasaban. "A Mohamed VI le hubiera calmado otro Rey, el emérito, que lo tienen exiliado en lugar de exprimir el jugo que le queda. Aquí hace falta un rey que reine y que mire a los ojos a su colega. Don Juan Carlos desde Abu Dabi, rodeado del poder árabe, y Felipe VI en Madrid harían más por el Tarajal que Marlaska", vocea en La Razón Pedro Narváez.

Es la misma tesis que sostiene Emilia Landaluce desde El Mundo: "Y pese al desprecio por el Rey Juan Carlos que este Gobierno (a través de la Fiscalía) trata de inculcar a los españoles, es evidente que bastaría una llamada a su sobrino Mohamed (si Hassan era su hermano) para hacer que Marruecos tuviera otra disposición. O quizás lo podría hacer Felipe VI, porque las relaciones personales con otros jefes de Estado, como los tronos, se heredan".

Suma y sigue en la reverencia cortesana, Abel Hernández, que también introduce al hijo del Borbón mayor en la ecuación: "Seguramente una llamada del Rey a su «primo» marroquí resulta más eficaz para resolver rápidamente la crisis de Ceuta que todas las gestiones diplomáticas. A este propósito, nunca se ha reconocido bastante el papel de Don Juan Carlos en la defensa, constante y eficaz, de los intereses de España".

Más allá de las invocaciones al emérito, las plumas diestras han mostrado su querencia por arreglar la cuestión por las bravas. Lean, por ejemplo, a Agapito Maestre en Libertad Digital: "Preparémonos, pues, para lo peor. O el Gobierno de España detiene esto ya con un ejercicio inédito de contención diplomática o, por el contrario, se conforma un Gobierno de salvación nacional para responder a Marruecos con la contundencia que exigen los tratados internacionales violados por el país vecino".

Les anoto una muy llamativa excepción a este tipo de bravatas. Francisco Marhuenda, a quien siempre hemos escuchado las más encendidas soflamas contra los enemigos de España, ayer sin embargo, escribía esto en el diario que dirige: "No ayuda mucho a resolver la grave crisis de Ceuta el ardor patriótico mediático que muestran algunos políticos, analistas, periodistas y politólogos arreándole a Marruecos y despotricando, con esa característica arrogancia eurocentrista, al régimen marroquí y su monarca". Francisco Marhuenda, se lo juro.

Y va el postre. El pasado sábado La Razón dedicó una página completa a preguntar a siete estilistas por el cambio de imagen que hubieran aplicado a Pablo Iglesias. Todo ello se ilustraba con las correspondientes simulaciones gráficas, que lo representaban como Tom Cruise, Santi Millán, Andrés Velencoso o David Beckham, entre otros. Y como título, el que sigue: "De «El coletas» a «coletano»: el corte que los expertos le harían a Iglesias". Y si quieren saber a santo de qué viene lo de «coletano», un subtítulo ofrece la (supuestamente) jocosa explicación: "Los especialistas coinciden con sorna que ha intentado un «look coletano», en referencia a la imagen pulcra de los «Cayetanos» pero que el resultado es demodé". Tal cual.