INGREDIENTEs

250 gramos de taquitos de jamón

INGREDIENTEs para Bechamel

1 litro de leche

60 gramos de harina

50 gramos de mantequilla

Nuez moscada

Pimienta

Sal

INGREDIENTEs del rebozado

3 huevos

Pan rallado

Lo primero de todo será calentar la leche en una cazuela, pero muy importante que la leche nunca llegue a hervir. Una vez hecho lo reservamos cerca de donde seguiremos con la elaboración de las croquetas de jamón.

A continuación cogemos otra cazuela y vertemos la mantequilla. Cuando empiece a estar caliente, echamos la harina, y sal, nuez moscada y pimienta al gusto. Seguido, estamos sin dejar de remover la mezcla durante 4 minutos. El objetivo de este paso en concreto es que luego las croquetas no tengan sabor a harina.

Cuando hayan pasado los 4 minutos echamos de golpe la leche que habíamos calentado al comienzo de la elaboración. Aquí, de nuevo, es muy importante no dejar de remover, ya que debemos lograr que la bechamel quede espesa.

Una vez conseguido, echamos el jamón que previamente hemos troceado en taquitos muy pequeños. No dejamos de mezclar todo hasta lograr una masa completamente homogénea. A continuación, vertemos toda la masa en una fuente y dejamos que se temple.

Una vez enfriada la bechamel, para poder manipularla con mucha más facilidad, cogemos dos cucharas que nos servirán para hacer las croquetas. Lo primero que haremos será mezclar los huevos en un plato y en otro echaremos el pan rallado. De esta manera, el procedimiento será extraer un poco de bechamel con las cucharas y pasar por el pan rallado, el huevo y el pan rallado de nuevo. Que no os importe que las croquetas no sean iguales. Son caseras y van a estar buenas.

Cada vez que hacemos una, la terminamos de moldear con la mano y la apartamos en un plato. Y así sucesivamente. Dependiendo del tamaño de las croquetas podremos hacer más o menos, eso es al gusto de cada uno.

Una vez estén todas en el plato llega el momento de freír. Para esto es muy importante que el aceite esté muy caliente. Las freímos en tandas de cuatro, ni más ni menos. Así, se cocinarán todas igual y el aceite no se enfriará.

Cuando veamos que empiezan a dorarse, las retiramos a un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante que pueda tener la fritura. Una vez hechas todas, las retiramos a una fuente, nos sentamos a la mesa y disfrutamos de unas croquetas de jamón caseras como nunca antes habíamos comido.