Elegantes y sofisticados, los lazos se convierten este otoño en indispensables acompañando a todo tipo de diseños. Se confirma así el regreso de la estética romántica. Valentino, Chanel, Armani Privé y Giambattista Valli fueron solo algunas de las casas que los subieron sin complejos a las pasarelas y confirmaron así el éxito de los lazos como tendencia de este invierno, y no solo para llevar en el pelo, sino también en las prendas, tanto al cuello como en el escote para la espalda, ya que le da un toque de romanticismo y sensualidad. Así que prepárate para incluirlos en vestidos, zapatos y accesorios varios para el cabello, ya que los lazos estarán literalmente en todas partes.
Sin embargo, esta tendencia no es una novedad: ya la vimos el pasado año entre los atuendos de las asistentes a entregas de premios y otro tipo de eventos de etiqueta. Por ejemplo, Anne Hathaway apostó por Armani Privé con lazo de chal en el Festival de Cine de Cannes de 2022.Del mismo modo, Eduardo Casanova ya lo había escogido unos meses antes para asistir a los Premios Goya 2022. El cineasta y actor español optó por un diseño de Mans y se enfundó en un traje de diseño asimétrico y con escotes en color negro que contaba con grandes lazos en color rosa.
Los lazos y Chanel
Desde que el lazo apareciera en escena en la moda femenina, allá por la Edad Media en una cinta entrecruzada para adornar la ropa generalmente colocada debajo del pecho, han sido muchas sus apariciones en diferentes épocas, pero estará por siempre unido a uno de los grandes nombres del mundo de la moda: Coco Chanel. De hecho, era uno de los pocos aderezos, junto con el collar de perlas y dos gotas de perfume, que solía concederse. No en vano, ella es la autora de la mítica frase: “antes de salir de casa, mírate al espejo y quítate un accesorio”.
Tal vez sea la indiscutible elegancia del lazo el motivo por el que ha estado siempre presente en los desfiles de Chanel, tanto en la era Laferfeld como bajo la dirección creativa de Viard. En la pasarela lo han llevado Claudia Schiffer, Penélope Cruz o Cara Delevingne; en la competencia, Yves Saint Laurent también sentía debilidad por este elemento que acabó convirtiendo en un vestido, el famoso bow dress.
En la alfombra roja han sido memorables las apariciones de estrellas como Diane Kruger o Natasha Poly, que se decantaron por el aire näif de los lazos. Sin embargo, fue muy celebrado el golpe sobre la mesa que dio Sienna Miller en contra de su imagen de nuera ideal en los Globos de Oro con un vestido cut out y una coleta imperfecta llena defectos en su recogido. Estaba claro: la coleta (hasta mal hecha intencionadamente) se lleva bien con la red carpet.
Un complemento con mucha historia
Si recurrimos a la Real Academia Española de la Lengua el lazo (Del lat. laquĕus) es una “atadura o nudo de cintas o cosa semejante que sirve de adorno”, pero lo cierto es que es mucho más que eso, de hecho ha formado parte de la moda a lo largo de la historia como parte de la indumentaria femenina. Hay evidencias de que las diferentes culturas alrededor del mundo lo han utilizado como adorno para el pelo, alrededor del cuerpo, o incluso como ornamento en animales, edificios, y otras áreas.
Si buscamos el origen del lazo hay que remontarse hasta la antigüedad, cuando lo utilizaban siempre desde el punto de vista práctico y con múltiples usos. Para verlo en su función decorativa hay que esperar hasta el siglo XV y bajo el nombre de agujetas. Se trataba de cordones, cintas o correas con un herrete o cabo de metal en las puntas, utilizadas para abrochar una prenda a la otra o partes de prendas entre sí. Su función inicial era servir de cierre, adquiriendo con el tiempo un carácter decorativo y de lujo con herretes de oro y plata o lazos de materiales nobles y colores vistosos por parte de ambos sexos.
Si bien en estos inicios los lazos se utilizaban básicamente para atar o adornar, también han tenido a lo largo de la historia las connotaciones simbólicas de un pedazo de tira o cinta. En la indumentaria militar de las legiones en la antigua Roma, un lazo de color escarlata se colocaba sobre la coraza como símbolo distintivo de los oficiales superiores y cuyo color indicaba su rango.
