Diez testigos vivos de los bombardeos fascistas sufridos por los pueblos de Durango el 31 de marzo de 1937 y Gernika el 26 de abril de 1937 cumplen este mes medio año de gestiones para tratar de convencer a estos dos ayuntamientos y sellar un hermanamiento entre ambas villas vizcainas. Ellas y ellos, que las han visto de todos los colores en estos 85 años transcurridos desde la guerra en la que se vieron inmersos. Inocentes, les tocó improvisar en todos los aspectos junto a sus familiares y tratar de seguir adelante si la muerte no se cruzaba a su paso.
Las mujeres y hombres protagonistas de este empeño son, por un lado, siete testigos del ataque aéreo contra Durango: Lidia Larrea, Mikel Aretxaga, Teresa Muñoz, Edita Gómez, Nati Bilbao, Antonia Zamalloa y María Luisa Zamalloa. Por el otro, tres supervivientes del ataque aéreo contra Gernika: Crucita Etxabe, Emilio Aperribay y Teresa Alonso. La lista citada, apartidista, es decir, cada cual tiene su ideología democrática, es abierta a más personas que sufrieron estos dos lamentables hechos históricos perpetrados, de una u otra forma, por tres potencias totalitaristas europeas de la época: la fascista italiana de Mussolini, la nazi alemana de Hitler y la golpista de los militares españoles sublevados contra la legítima Segunda República.
Este intento de hermanamiento de dos consistorios de Bizkaia es pionero. Los supervivientes, algunos de los últimos que ya quedan vivos, estiman “para la reflexión que Gernika-Lumo esté hermanado con otras ciudades internacionales, y Durango, por ejemplo, con Montevideo, y estemos a 23 kilómetros de distancia y no seamos hermanos, hermanas entre nosotros”, pormenorizan en un manifiesto.
El nuevo escenario político, tras las investiduras de este fin de semana, les lleva a tener que retomar sus contactos con las alcaldías de las dos localidades. Hasta la fecha habían transmitido su “sueño” a ver este paso “en persona en vida”, a la alcaldesa saliente en Durango, Ima Garrastatxu, y al alcalde de Gernika-Lumo, José María Gorroño. Ambos políticos vieron con buenos ojos la petición, pero se desconoce si en algún momento contactaron entre ellos. En el primer municipio, gobierna ahora el PNV de Mireia Elkoroiribe, que se mostró favorable a dar paso al respecto, y en el segundo será Iñaki Gorroño, hermano de José María, quien tendrá la makila en sus manos.
Bombardeos planificados
Desde que estas personas octogenarias y nonagenarias escenificaron su deseo en el pueblo de Izurtza con el marco de fondo de la Durangoko Azoka la primera semana de diciembre, han mantenido la razón del hermanamiento entre ambas corporaciones. “Porque estimamos que fueron los dos bombardeos vascos con planificación militar previa más internacionales. Es decir, hubo muchos más ataques aéreos, incluso uno previo en Durango, pero con una planificación militar Durango fue, por desgracia, el primero de Europa y segundo del mundo, y Gernika-Lumo el más internacional, con un municipio volatilizado y el cuadro de Picasso que lo hizo mundial”, argumentan y van más allá: “Esto no significa que el resto de bombardeos, muchos también planificados, no sean igual de importantes. Con un solo muerto, con solo una casa derruida, ya son igual de graves”.
De hecho, hacen un llamamiento a la ciudadanía a dejar a un lado datos que, según ellos, “no sirven para nada, como el de si hubo más muertos en una villa o en la otra, más cuando ningún investigador ni institución lo se sabe a ciencia cierta. Ninguno”, recalcan y van un paso más allá: “No estamos para rivalidades de ningún tipo, estamos para ser cada vez mejores personas y por un mundo sin fascismos, sin más bombardeos ni aquí ni en Palestina, ni en Yemen, ni en el cercano Sahara, en Ucrania, en Irán, Etiopía, Taiwán o resto de países con guerras activas en 2023”.
A su juicio, hermanados serían los dos uno, y lo más importante: “Creemos que es el momento por nuestra edad. ¿Se hará algún día cuando ya no haya supervivientes? Seguimos aquí. ¿Se imaginan ustedes lo bonito que sería? Y queremos que sea a nivel municipal, es decir, únicamente de los dos ayuntamientos, que sea algo surgido de los dos pueblos y para la historia de los dos pueblos”, demandan quienes valorizan que el hipotético hermanamiento sería un ejemplo común real de verdad, justicia y reparación, y con garantías de no repetición. “Comprendemos que otros pueblos digan y nosotros qué, que aquí también hubo bombardeo. Nosotros nos hemos juntado los que nos conocemos y queremos seguir adelante con ello. Si en alguna otra localidad siguen nuestros pasos, les aplaudiremos. En nuestro caso nos gustaría convencer a los dos ayuntamientos solos; no otras instituciones”, diferencian.
Estos supervivientes –quedan más vivos en ambas villas, aunque algunos han declinado sumarse– aseguran que ha pasado la conmemoración de 2023 del 31 de marzo en Durango y el 26 de abril en Gernika-Lumo y “seguimos alejados, pero, recuerden, vivas, vivos. ¡No nos olviden en vida, por favor!”, concluyen esperanzados.
