UNA carpeta de documentos del Gobierno vasco que atesora en estos días el Gipuzkoa Buru Batzar de EAJ-PNV revela el máximo de detalles sobre el Cuerpo expedicionario a Asturias. Mucho se ha escrito sobre el comandante Saseta, pero falta por contar la versión oficial que manejó Euzkadi’ko Jaurlaritza y Eusko Gudarostia, como aparecen escritos en los expedientes. DEIA ya avanzó en exclusiva el 15 de noviembre de 2015 pudiendo acceder a esos papeles cómo fue su muerte a los jóvenes 32 años, según informes, telegramas o partes de radio impresos en esas valiosas páginas.

Telegrama oficial de Euzkadiko Jaurlaritza. IBAN GORRITI

Un parte de guerra comunicó a presidencia cómo un enlace del batallón Eusko Indarra, de ANV, “apellidado Lartitegi Arrazola” –no aporta el nombre–, encontró en el fragor de la lucha al militar profesional de Hondarribia tendido en el suelo con una herida sangrante cerca del oído y, “asegurado de que era cadáver”, el compañero le tomó su pistola y se retiró a Premoñu, nombre hoy oficial de Premoño. Ni rastro en las comunicaciones de que el guipuzcoano gritara al morir Gora Euzkadi askatuta, como se ha narrado en alguna ocasión.

Los documentos oficiales testimonian que segundos antes, mientras Saseta caía herido de bala le dijo al gudari Lartitegi en euskara “soatz”, en referencia al término “zoaz”: “Vete”. Ocurrió el 23 de febrero de 1937 y en plena retirada, cuando solo quedaban en aquellas eras –conocidas ya como El pradón de los vascos– aquel soldado y el malogrado guipuzcoano.

Los partes de la Sección de Radio de los batallones de las Milicias Vascas Gipuzkoanas de la Columna Expedicionaria al Frente de Asturias también dieron cuenta de la pérdida del militar vasco. “Nos llega la increíble noticia de que nuestro jefe, el Comandante Saseta ha muerto luchando contra el enemigo. Nos faltan detalles, pero la noticia es oficial. El Comandante Lazkano, con una gran pesadumbre que no puede disimular, va a la búsqueda de noticias”, pormenoriza y “recogemos los aparatos de radio y nos juntamos los cuatro equipos de la jefatura, en Berció, a las órdenes del comandante Lazkano, nuestro nuevo jefe”.

Esa misma noche, a las 21.00 horas, el gabinete telegráfico del Gobierno de Euzkadi desde la localidad de Lugones envió un telegrama –en euskara lo escribían como urrutidatzi– al cuartel general de Bilbao. El jefe de la expedición escribió al lehendakari Aguirre. Se puede leer en el papel original con los textos pegados sobre la nota: “Contraataque enemigo sobre posición de Areces brillantemente conquistada ayer por batallones de ANV. Ha costado la preciosa vida del Comandante Saseta, jefe de la brigada. Muerte heroica del jefe vasco. Me hace enviar a vuestra excelencia expresión emocionada, sentimiento, dolor profundo más vivo”.

En horas de tanta tensión, las informaciones se solapaban. En otro telegrama, el cuartel general transmitió al Estado Mayor que en el momento no podían confirmar la muerte del de Hondarribia. “Estamos esperando ansiosamente”. En el siguiente despacho, el remitente, “amigo Berlamino”, acompaña “en el sentimiento” al Gobierno vasco por la pérdida del jefe que mandaba la brigada vasca. “Saseta era todo un hombre. No puede hacerse usted la idea la emoción con la que seguimos”. En otros comunicados, el Gobierno vasco comparte esa misma comunicación de Berlamino. “El Delegado del Gobierno en Asturias y el Jefe del Estado Mayor, han enviado esta noche telegramas sentidos al Presidente del Gobierno vasco, dándole el pésame por la muerte del bravo Comandante Saseta. El Señor Aguirre ha agradecido el pésame del representante del Gobierno de la República Española y del Jefe del Estado Mayor, felicitándoles al mismo tiempo por el resultado feliz de las operaciones en la jornada de hoy”.

Aquel 23 de febrero en el que murió el comandante fue muy difícil de digerir lo acontecido por los Rezola o Basaldua que enviaban o recibían noticias de la línea del frente porque, además del asesinato de Saseta, un teletipo notificaba que “el número de bajas calculado hoy es de setecientas”.

Al día siguiente, 24 de febrero, seguían llegando más muestras de pésames. En esta ocasión era el Comisario General del Ejército del Norte quien remitía al lehendakari su lamento y le pedía que también se lo hiciera llegar a la familia del guipuzcoano. “Al frente de sus tropas encontró muerte gloriosa defendiendo libertades del pueblo español, el Capitán Saseta. Me conduelo por la pérdida del heroico compañero expreso a ese Gobierno mi sentimiento y ruego lo transmita a su familia”.

Entretanto, las noticias que llegaban del comandante y sus hombres “eran cada vez más inquietantes, hasta que el citado enlace del batallón de ANV les entregó “la pistola de dicho comandante”, a la vez que les comunicaba “que este había fallecido”, detallaba el secretario general de Defensa.

Datos como estos son inéditos y arrojan hoy luz, impresos en documentos originales de Presidencia de “Euzkadi’ko Jaurlaritza”, como detalla con exquisito arte toda la papelería oficial de la época. En concreto, se puede adelantar que, hay un epígrafe titulado La muerte del Comandante Saseta, escrito a máquina bajo el título Las operaciones de Asturias. Las brigadas vascas. Información del Secretario General de Defensa.

Diez páginas de informe

En las diez páginas de este informe, se da a conocer en párrafos previos que el retroceso finalizó “hacia las dos de la tarde”, salvo el grupo que mandaba el comandante del Batallón Amayur, “que quedó en el camino de Areces a Premoño”. Este cargo observó que “estaba solo”, por lo que dispuso que también se retirara su unidad, “recogiendo las prendas y efectos que se hallaban a su paso”.

Entre estos papeles de Asturias se hallan también comunicaciones del Departamento de Obras Públicas del consejero comunista Juan Astigarrabia o, incluso, el documento firmado por cada uno de los comandantes jefes de los seis batallones de la Columna Vasca Expedicionaria en Asturias que estimaron “necesaria su vuelta a Euzkadi” el 8 de marzo de 1937. Así se lo hacían saber al consejero de defensa vasco los mandos de las siguientes unidades: Euzko Indarra (ANV), Amayur (PNV), Perezagua (PC), Rusia (JSU), Isaac Puente (CNT3) e Indalecio Prieto (UGT2).

Los documentos también facilitan números de bajas en las unidades vascas, así como informes de la Jefatura Superior de Sanidad Militar. Informan de que se movilizó hasta Asturias a doce médicos y dos enfermeras, catorce ambulancias, una farmacia ambulante y un gabinete odontológico. Cifraron en “6.000 camas a poder organizar, de las que 2.600 ya había cuando se hizo la visita”, indicaba Fernando Unceta, jefe superior de Sanidad Militar.

Fue el 12 de febrero de 1937 cuando en Igorre se constituyó la División Vasca mandada por el Comandante de Infantería Vallejo y con otros mandos como el teniente Rehola y el comandante Cándido María Saseta Etxebarria. El 8 de marzo de 2008 se llevó a cabo la exhumación de sus restos en el camino rural que va de Premoñu a Areces (Las Regueras) y se les dio entierro digno en el cementerio de Hondarribia. “Se hallaron, asimismo, una pluma estilográfica de procedencia británica, dos mecheros y un disco metálico en el que está grabado Fábrica de Vagones de Beasain y el número 857, según información del instituto Gogora.