No solo nació en Bilbao, sino que lo lleva de segundo apellido y es la localización de su última novela, Lo que calla tu mirada. La profesora de escritura y autora Elena Peña nos transporta a la capital vizcaina de principios del siglo XX con un gran amor prohibido repleto de dramas y secretos, en el que su narrativa envolvente y llena de emoción nos toca el corazón con la historia de dos protagonistas completamente inolvidables.

Las protagonistas de Lo que calla tu mirada, Amelia e Irune, provienen de mundos opuestos. Sin embargo, entre ellas desarrollan un vínculo muy poderoso. ¿Cree que el amor es más fuerte que las barreras sociales o seguimos atrapados en los prejuicios?

Me gustaría creer que sí. ¿Si lo creo? Pues creo que en algunas circunstancias sí, en otras igual es más complicado. Pero me considero una romántica y tengo esperanza en la raza humana, por lo que quiero creer que sí lo es.

El título de la novela sugiere secretos, emociones contenidas y silencios. ¿Qué peso tiene lo que no está dicho en esta historia?

Es un peso enorme. Esta historia es prohibida, incluso para ellas mismas. No podían contarlo, ni siquiera a sí mismas, entenderlo, explicarlo... Al principio creían que tenían una especie de amistad extraña por las diferentes clases sociales, pero ambas sentían que iba más allá. Sentían protección y una conexión inexplicable más allá de las palabras, la amistad y de todo. En ningún momento se menciona el lesbianismo, porque no creo que fuera una palabra que existiera, si existía, pero no en los vocabularios de Irune y Amelia. Ellas vivían con eso y les era suficiente. Se habían encontrado de repente con un amor que no sabían de dónde había salido, pero que les hacía sentir bien.

¿Y qué cree que tienen estos amores prohibidos que llaman tanto a querer hablar siempre sobre ellos?

Al final todos queremos vivir una gran historia de amor. Aunque nos olvidamos de la parte de las dificultades, pero parece que cuando vives una gran historia de amor, ya sea a través de un libro, en la vida o en una película, estás mas vivo. Como que tu vida ha servido para algo.

El Bilbao de 1914 es casi un personaje más en la novela. Ya que esta abarca cuatro décadas de cambios históricos, ¿fue más desafiante escribir sobre el contexto social o sobre la evolución emocional de sus protagonistas?

Me considero escritora más que historiadora o documentalista, por supuesto, por lo que para mí siempre es más difícil la parte de la documentación, de plasmar bien una época, de sumergirme en cómo se vivía y en cómo se sentía... No quiero que suene forzado, me resulta más sencillo entender a los personajes. Viviendo en el siglo XXI puedo entender cómo se sentía una mujer viviendo a principios del siglo XX. La empatía para mí es necesaria a la hora de escribir, me encanta y es lo que uso para trabajar.

Si pudiera viajar a ese momento y pasar un día en el Bilbao de 1914, ¿qué es lo que haría primero?

Uf, me encantaría. Si fuera solo un día me encantaría, más tiempo ya no lo sé... Pero supongo que trastear por las calles, ver el bullicio y cómo se comportaban en aquel momento. Si era igual, si se sentía igual la Gran Vía o el Teatro Arriaga, no lo sé... Ver cómo bullía la ciudad en esa parte.

Elena Peña nos transporta al Bilbao de 1914 con 'Lo que calla tu mirada'. Pankra Nieto

Teniendo en cuenta el auge de la novela histórica en los últimos años, ¿considera que el pasado nos ayuda a entender mejor el presente?

Creo que sí y, de hecho, creo que debería. Olvidamos mucho al pasado y miramos mucho al futuro, y hay que mirar mucho más al pasado, porque es la forma de entender el presente y de evitar problemas futuros también. Si olvidamos el pasado, no lo miramos, no hacemos historias y no escribimos sobre él, se perderá, y eso no se puede volver a recuperar. 

Se dice que los escritores dejan parte de su alma en cada libro. ¿Qué siente que ha perdido entre sus páginas?

Cuando acabo una novela para mí es una despedida. Empieza algo nuevo, pero te despides de unos personajes que para ti casi son personas. Me despido de ellos y de todo lo que sentí cuando los estaba escribiendo. Tienen que vivir su vida en el libro, pero tú, cuando escribes, piensas que existen de verdad. Bueno, tienes que sentir que existen de verdad, porque si no se quedarían en mero cartón.

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Aparte de su última novela y de otras como Si el agua nos lleva o Todo cambió ese verano, también ha publicado una trilogía juvenil, Las Revueltas. ¿Alguna vez le han dicho algo sobre sus libros que le haya dejado sin palabras?

Para bien me gusta mucho que me digan que describo muy bien a los personajes y hago que sean cercanos. Esto me lo han dicho varias veces y es quizás lo que más me emociona. Para mal, prefiero ni acordarme.  

Después de Lo que calla tu mirada, ¿hay algún tema o época histórica que se muera por explorar en su próximo proyecto?

Sí, ya estoy escribiendo. No puedo hablar mucho, nada (risas). Sigo escribiendo, es mi vida, es lo que quiero hacer y lo único que puedo contar es que se desarrollará en el siglo XX. No muy actual, pero algo más actual.