Toda una experiencia para la vista y el paladar en el Milagros en Barrika

Su cocina de fusión vasco-asiática-latina da carácter a este restaurante que ha ido forjando su personalidad a lo largo de 24 años de trayectoria en Barrika.

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En su extensa carta, el comensal puede elegir entre platos más tradicionales, como un solomillo o una ventresca, o bien optar por propuestas más arriesgadas como los ceviches, makis, uramakis, tatakis, sashimis... Entre los platos recomendados de su carta despuntan el ceviche de lubina marinado en calamansi –cítrico filipino con sabor a mandarina–; el tartar de solomillo –también en nigiri– con mayonesa de kimchi que ahúman en la mesa con una campana convirtiendo el plato en todo un espectáculo visual y para el paladar; el tataki de atún pescado en almadraba y desangrado al viento que sirven marinado en ponzu –una salsa japonesa–; o el canelón de pato a baja temperatura acompañado de tres salsas.

De postre, también las opciones son especiales, con sugerencias tan originales que van desde la espuma de arroz con leche a la piña fresca confitada en ají amarillo sobre crema de aguacate con chocolate blanco.

Además de carta, cuenta con dos menús degustación, de cinco y siete pases, y un menú chuleta.

Su bodega, con vinos de distintas D.O. del Estado e internacionales, cavas y champagnes, armoniza con el mar de sabores de la carta sumándose a la calidad de la cocina, el servicio y hasta el emplatado y la vajilla, que elevan a la categoría de espectáculo visual cada receta.

Para disfrutar de todo ello brinda un comedor con una decoración singular, porche y terraza, así como zona con sofás. En el jardín dispone de hamacas y mesas bajas para saborear a gusto sus cócteles o bien un picoteo entre amigos.