El Gernika prácticamente hace borrón y cuenta nueva respecto a la última temporada, en la que certificó la permanencia en Segunda RFEF en la jornada final merced a su victoria en Urbieta sobre la Real Sociedad C. No en vano, la entidad foral prepara un proyecto renovado, empezando por su banquillo después de que Gorka Iraizoz decidiera no continuar en el cargo, por lo que Aitor Larrazabal, que sigue un curso más como director deportivo, ha decidido tirar por una apuesta que quizá entrañe su punto de riesgo, pero que también responde al objetivo que se ha marcado, que no es otro que aplicar savia nueva. De ahí la confianza que el excapitán del Athletic deposita en Jabi González, que en la pasada campaña dirigió al Ugeraga, equipos de la Regional Preferente vizcaina, y que firma por dos temporadas con el club que preside Koldo Zabala. “Es joven, controla todos los registros del fútbol, es un trabajador nato, al que le gusta jugar al ataque, presionar arriba y creo que es el prototipo de entrenador que necesitamos, joven con mucha ilusión, ambición…”, manifestó Larrazabal en declaraciones en las redes sociales del club y en las que recordó que este caso presenta similitudes al suyo en sus inicios como entrenador, cuando empezó en el Gatika, también en categoría regional para después dirigir al Lemona, que militaba entonces en la antigua Segunda División B.
El reto es, por tanto, motivante para Jabi González, que da un salto de tres categorías. El de Plentzia –que como futbolista se inició en la cantera del equipo de su pueblo para después jugar en el Romo juvenil Nacional y de ahí militar en el Gatika, Sondika y San Pedro, en la División de Honor vizcaina– se declara, también en palabras en la web de su nuevo club, “un apasionado del fútbol” y subraya que “durante estos años me he dedicado también a ser profesor y tengo una empresa de preparación física”, al mismo tiempo que recuerda que su trayectoria en los banquillos arrancó en el Ugeraga como segundo entrenador de Miguel Llona, después gozó de la oportunidad de dirigir al Ugeraga B y posteriormente al primer equipo de la entidad de Sopela, en la que “he estado encantado, donde me han tratado fenomenal y que me ha ayudado a aumentar la pasión por el fútbol”.
El joven preparador vizcaino se define como un entrenador “que intenta cuidar todos los detalles del entrenamiento, muy autoexigente y también muy exigente con los jugadores, al que le gusta disfrutar mucho el día a día y trata de optimizar todos los tratamientos del entrenamiento para sacar lo mejor del equipo y de los jugadores”, al mismo tiempo que el plentziarra no duda en mostrar su agradecimiento a Aitor Larrazabal por haber apostado por su persona. “Aitor ha podido confiar en mí por la ambición, las ganas, la ilusión que le demostré y porque también sabe mi manera de trabajar, además de que me conoce como persona porque tuve la oportunidad de que cuando jugaba en el Gatika él era mi entrenador”, añadió Jabi González, ansioso de comenzar a trabajar en el reto de dirigir al Gernika en una Segunda RFEF que ha ganado en músculo competitivo a causa de los descendidos Sestao River y Amorebieta junto al ascendido Basconia, que amplían a cuatro los representantes vizcainos en la categorías.
Jabi González es la novedad en el banquillo, aunque se conocen muy pocas noticias sobre el diseño de una plantilla que, a día de hoy, solo está formada por dos jugadores. Se trata de dos canteranos, el delantero Paul Auzokoa, que en el último curso jugó en nueve partidos con el primer equipo; y el defensa Iker Bilbao, que tras iniciar la liga con el Gernika salió cedido en el mercado de invierno a la Cultural Durango, en Tercera RFEF. Asimismo, la entidad foral oficializó ayer la salida de su pichichi Mikel Arzalluz, que se ha comprometido con el Amorebieta.