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Exdirector deportivo del Sestao River

Matías Lizarazu, exdirector deportivo del Sestao River: “No entiendo mi destitución, carece de lógica”

Fue destituido hace una semana como director deportivo del Sestao River, una decisión inesperada: “Mi proyecto debería haberse respetado hasta el final de curso”

Matías Lizarazu, exdirector deportivo del Sestao River: “No entiendo mi destitución, carece de lógica”SESTAO RC

Matías Lizarazu (Iruñea, 17-VIII-1998) atiende a DEIA una semana después de que se conociera su sorprendente despido como director deportivo del Sestao River, justo cuando el conjunto verdinegro había superado al Amorebieta en el derbi de Las Llanas y su situación clasificatoria mejora a la del curso pasado a estas alturas. Dice que no se va dolido, “porque el club está muy por encima de todas las personas”, defiende su proyecto, no duda en asegurar que si el River logra el objetivo de la permanencia, lo consideraría un éxito personal en la parte que le corresponde y se muestra disconforme con la destitución de Ángel Viadero, su apuesta, como entrenador. “Va de la mano de la mía y desencadena los movimientos que se habían producido hace unas semanas”, razona.

¿Cómo ha digerido su destitución como director deportivo del Sestao River?

—Respeto la decisión, pero no la comparto. Entiendo que es una decisión difícil de aceptar, sobre todo porque el único argumento de mi cese es la situación clasificatoria de la primera plantilla. De aspectos comparativos, el equipo tiene cuatro puntos más que el año pasado a estas alturas.

¿Eso fue el único que le argumentó que le expuso el presidente?

—Es el único argumento que tuve por parte del presidente.

De puertas afuera, su destitución se ha entendido como algo inesperado. ¿Tenía algún indicio de que podía tomarse esa decisión?

—Es una decisión totalmente inesperada. Para mí era lógico, entendible y razonable que una vez finalizada la temporada se produjera mi salida del Sestao River, ya que se ha producido la llegada del grupo Sidenor, y entiendo lógico y entendible que dicho grupo inversor se rodee de personas de su confianza, pero entiendo que mi proyecto debería haberse respetado hasta el final de curso.

¿Se entiende que detrás de esta decisión está el grupo Sidenor o las personas que hayan podido entrar en el club?

—Yo creo que no. La relación con el grupo Sidenor ha sido respetuosa y profesional hasta la fecha actual, incluyendo el mercado de invierno, que fue materializado de manera conjunta junto a otras dos personas en el club, y la decisión en todo momento ha sido trasladada por el presidente.

El club no da ninguna explicación, salvo que responde a motivos deportivos, pero es curioso que la decisión se toma tras la victoria del River sobre el Amorebieta. ¿Puede haber algo más por detrás que los argumentos deportivos?

—Es llamativo que la semana previa al partido ante el Amorebieta se produjeron una serie de movimientos que los considero una falta de respeto a mi figura como director deportivo y sobre todo a la figura del entrenador Ángel Viadero.

¿A qué movimientos se refiere?

—En eso no puedo entrar.

¿Cuándo le comunica Ángel Castro (el presidente del Sestao) la decisión, la entendió?

—No la entiendo, bajo mi punto de vista carece de lógica, ya que la intervención del director deportivo, una vez finalizado el mercado de invierno, es inexistente. Y, en este sentido, creo que simplemente había que continuar con el proyecto garantizando una estabilidad y una seguridad hacia el cuerpo técnico y hacia la plantilla.

¿Ha notado que había poca confianza en su proyecto?

—No, lo que sí he notado es que ser un director deportivo exigente, tanto conmigo mismo como con el entorno, produce que seas incómodo en el día a día. Pero lo único que he tratado ha sido mejorar el club e introducir una serie de herramientas que las considero necesarias dadas la categoría en la que estamos, en la Primera RFEF.

¿En qué se ha podido equivocar?

—Me he podido equivocar, sobre todo, en ser excesivamente exigente con las personas que rodean al club. Pero entendía que era el camino correcto para tratar de asentar al club en Primera RFEF.

Se lo pregunto porque su destitución se produce tras el cierre del mercado de invierno. ¿Quizás no gustó alguna de sus decisiones a la hora de decidir las salidas o de las nuevas incorporaciones?

—Creo que eso no es el motivo de mi situación, ya que el mercado de invierno fue coordinado y materializado de manera conjunta con el grupo Sidenor, con el que se fue trabajando de la mano, aprobando operación a operación y sin tener capacidad de gestionar un presupuesto global, sino que se producían dos operaciones y se iban aceptando una a una.

¿Quiere decir que todas esas decisiones no fueron exclusivamente suyas?

—Fueron compartidas.

¿Compartidas con quién?

—Compartidas y considero que son las correctas.

El club reconoce que Iñaki Zurimendi les ha asesorado en ese mercado. ¿Qué tiene que decir al respecto?

—Iñaki Zurimendi trabajó conmigo mano a mano durante el mercado de invierno, trató de aportar su granito de arena y le agradezco su colaboración durante ese proceso.

O sea, entiende que no le han hecho la cama.

—No, ni mucho menos.

También ha defendido siempre el trabajo de Ángel Viadero. ¿Esperaba su destitución después de sumar cuatro de los últimos seis puntos?

—Me ha sorprendido mucho, pero va de la mano y desencadena los movimientos que se habían producido hace unas semanas. No es oportuna, sobre todo porque el River necesita estabilidad de aquí a final de temporada. El año pasado hubo esa estabilidad que se produjo en consenso, en aras de la permanencia, a la figura de Aitor Calle y creo que para conseguirla este año lo mejor era que Ángel Viadero terminase el proyecto.

¿Están relacionadas las dos decisiones, tanto la destitución suya como seis días después la de Ángel Viadero?

—Creo que sí, los hechos hablan por sí solos.

¿Ha hablado con Viadero?

—Sí, he hablado con el míster y hemos tenido una conversación cercana, profunda y tratando de analizar. Le he dado ánimos, los dos estamos dolidos con la situación.

Si el Sestao logra la permanencia, ¿cree que sería el éxito de su proyecto aunque ya no esté en el club?

—Sin lugar a dudas, sobre todo por una razón, porque me encontré un club con un único jugador con contrato en vigor y, a partir de ahí, fui capaz de configurar una plantilla totalmente nueva con recursos económicos muy escasos.

¿Se va dolido?

—No, ni mucho menos. El club está muy por encima de todas las personas y, tal como transmití en mi salida, el mayor activo que tiene el River es su afición, su masa social que es francamente increíble.