Gaizka Martínez (Getxo, 27 de octubre de 1996) completó ayer su primer entrenamiento en el inicio de su tercera etapa en el Sestao River después de cerrar su corta experiencia de medio año en el Lee Man Warriors de la Primera División de Hong Kong, con el que ha disputado siete partidos –3 de liga, tres de Copa y uno de la Champions Two de Asia–. El central, que en sus dos trayectorias anteriores en Las Llanas sumó 141 encuentros oficiales–, encara su regreso con el deseo de “volver a ser feliz en el fútbol” porque no lo ha sido en el equipo asiático y confía en ayudar a que el River logre la ansiada permanencia en Primera RFEF.
Regresa al Sestao River en lo que será tu tercera etapa como verdinegro, un movimiento que ha sorprendido. ¿Cómo se ha gestado?
—Estaba en Hong Kong y el River se puso en contacto conmigo en un principio para ver si había una posibilidad de volver. Les dije que sí, pero que tenía que solucionar allí las cosas porque, bueno, no estaba muy contento. Y nada, una vez pude solucionarlo, que llevó su tiempo, ya decidí volver al River, donde siempre he sido muy feliz, y creo que ahora era lo que necesitaba, claro que lo era, ser un poco feliz en cuanto al futuro.
¿No estaba a gusto en Hong Kong?
—En cuanto a la vida estaba muy contento, pero me decepcionó el nivel del fútbol. Cuando llegas te lo imaginas de una manera, llegas y es muy diferente. Es una competición a la que le queda mucho por evolucionar, por mejorar y el nivel tampoco es que sea muy bueno.
O sea, que no iba a crecer futbolísticamente.
—No. Asia es otro mundo realmente, y es verdad que justo el fútbol en Hong Kong no es igual tan fuerte como puede ser el de Japón, que sí que es una competición que se asemeja a Europa.
Solo ha jugado siete partidos. ¿Ha tenido algún problema físico o qué ha sucedido?
—Sí, en el primer partido de liga me lesioné, estuve bastante tiempo parado, luego volví, pero no estaba al cien por cien. Se me forzó un poco a jugar, porque ahí a los extranjeros se nos exige más que a los locales. Por ese forzamiento no terminé de volver a estar al cien por cien, entonces tuve que volver a parar y estuve, entre una cosa y otra, casi dos meses igual sin competir. Eso también te lastra, te causa estragos, porque al final tuve que decirles que tenía que parar porque no me encontraba bien. Causó un poco de factura y no sentó bien dentro del club que salí.
¿Es otro mundo?
—Sí, los extranjeros tenemos que ganar los partidos, entonces aunque tú igual no te sientas al cien por cien tienes que jugar. No es que sea un dolor del tobillo o una molestia pequeña, yo venía de haberme roto el isquio, de tener un problema en el glúteo y veía que entrenando me molestaba. Al final es tu salud.
¿Tenían que justificar la inversión que hacían?
—Sí, es eso. Ellos hacen un esfuerzo llevando a gente extranjera y te exigen por ello, pero, aparte de la inversión, somos humanos y es de sentido común que al final si un jugador te está diciendo que no está bien, es mejor darle un poco de descanso para que vuelva a estar al cien por cien.
Porque allí se cobra mejor que aquí. ¿Ha tenido que renunciar a mucho dinero para volver a casa?
—Sí renuncias a dinero, porque, sobre todo a los extranjeros se nos paga muy bien, pero en mi cabeza estaba ser feliz a nivel del fútbol, aunque la vida en Hong Kong era muy buena, he vivido allí super a gusto, pero cuando vas a entrenar y vas triste, se te quitan las ganas de seguir haciendo esto. Si no arriesgas, te quedas con la duda de qué habría pasado si hubiese ido.
Regresa al River seis meses después, imagino que no habría cambiado casi nada.
—Sí, creo que incluso valoro más el disfrutar de lo que es realmente el fútbol, una vez que estás allí y no lo disfrutas tanto. Quiero disfrutar, ayudar al equipo y ser feliz.
¿Qué puede aportar en esta tercera etapa respecto a las otras dos anteriores?
—Al haber estado tanto tiempo aquí sé lo que demanda el River. Intentaré transmitir todo lo que significa el River, creo que soy un buen compañero que intenta ayudar a todo el mundo, que al final es lo que tenemos que hacer cada uno, arrimar el hombro y aportar lo máximo posible.
¿Recupera el brazalete de capitán?
—No, le pertenece a Leandro, que es un buen capitán, así que...
¿Ve a este River más cambiado respecto al que dejó en mayo?
—Estando en Hong Kong, cada vez que podía les seguía, ya que con la diferencia horaria era más complicado, y también he hablado con compañeros con los que ya había estado. Veo el River como siempre, que tiene que renacer cada año y hay mucha gente nueva. Hay muy buen grupo, que ha sabido sobreponerse a un comienzo que fue difícil y ha estado en muy buena dinámica hasta hace poco.
El destino es caprichoso. Jugó su último partido como verdinegro el curso pasado ante la Cultural Leonesa y puede redebutar el sábado ante este mismo equipo. ¿Está en condiciones de entrar en la convocatoria?
—Sí, no lo había pensado, pero es casualidad. Estoy para lo que el míster necesite, lo que quiero es ayudar, si es de dentro, desde dentro; si es desde fuera, desde fuera. Se trata de aportar mi granito de arena
El River logró en León la permanencia de forma agónica. La actual situación es similar. ¿Están abocados a vivir ese mismo escenario?
—El año pasado, hablo de memoria, estábamos bastante peor, pero tampoco hay que sacar las mismas conclusiones, hay que ir viendo cada día a ver qué va pasando.
¿Le llama la atención que esta campaña el Sestao River sea frágil en Las Llanas?
—El River siempre se ha caracterizado por ser fuerte en Las Llanas y es verdad que este año está pasando un poco lo contrario, están siendo muy fuerte fuera y en casa le está costando un poco más. Es un punto que hay que intentar mejorar, porque hay que hacerse fuertes en casa y luego todo será más fácil. l