"Lo llevábamos esperando desde mucho tiempo atrás y por fin se va a dar”. Unai Buján encarna el sentimiento familiar que genera el derbi que este domingo protagonizarán en Lezama, desde las 12.00 horas, el Bilbao Athletic y el Barakaldo, dentro del la décimo novena jornada del grupo I de Primera RFEF y que cierra la primera jornada. Unai lo expresa junto a Endika Buján, su primo carnal y al que le une una relación muy estrecha desde que “éramos txikis”. Por primera vez se van a enfrentar como rivales en un partido oficial, aunque ya lo habían hecho con anterioridad en algún que otro amistoso. El destino ha sido caprichoso. Unai, que cumplirá el próximo 8 de febrero los 24 años de edad, es dos mayor que Endika, que hace 22 dentro de seis días. Unai fichó el pasado verano por el Barakaldo, el equipo de su pueblo, procedente de Osasuna Promesas, al que había llegado desde el Amorebieta, con el que logró el último ascenso de los azules a LaLiga Hypermotion, y con anterioridad había militado en el Sestao River, con el que también ascendió a Segunda RFEF. Endika regresó al Barakaldo en 2022 procedente del juvenil del Danok Bat y fue clave en los dos ascensos consecutivos sellados por los gualdinegros, de Tercera RFEF a Primera RFEF. Su papel estelar, sobre todo el curso anterior, hizo que el Athletic le fichara para su primer filial. Los dos primos se han cruzado en el camino y el domingo serán rivales en un partido clave para su respectivos equipos. El Barakaldo de Unai quiere tres puntos que le reafirmen en puestos de play-off y el Bilbao Athletic de Endika los necesita para salir de la zona de descenso.
Los dos se vuelven a ver en una cita pactada con DEIA en el corazón de su barrio, Arrontegi. El marco de La plaza del Ojo, como popularmente se le conoce a la calle Etxatu de este populoso enclave de la segunda localidad más poblada de Bizkaia y reconocida por la estatua azul que se vislumbra desde varios puntos de la autovía A8, es el elegido por el matiz emblemático que supone para Unai y Endika, quienes han pasado un montón de horas en este espacio con el balón como prácticamente único protagonista. Porque la conversación no versa sobre el concepto futbolístico del derbi –Endika, como el resto de futbolistas del Bilbao Athletic, no tiene permiso del club para realizar entrevistas–, sino sobre el espíritu de los Buján, al que los une un sinfín de cosas más allá del fútbol. Unai tiene que asumir la voz cantante. De primeras, reconocen que todavía no se habían cruzado apuesta alguna para el duelo del domingo. DEIA les invita a que emprendan ese ordago. Se pone en juego, por tanto, una comida, que la abonará, evidentemente, el que pierda en Lezama. “Si se produce un empate, ya veremos”. Sale el nombre de un restaurante de Bilbao, pero deciden tirar para casa. “Sería en el Maraxe de Barakaldo… Pulpito del bueno”, subraya Unai a modo de mensaje publicitario.
El derbi será un asunto de familia, que no estará dividida. Es de sentido común. Los padres de Unai irán con su hijo y la madre y hermana de Endika, con este último. En medio está Eneko, hermano de Endika, que juega en el Urduliz de Tercera RFEF y que es de la cuadrilla de Unai, al que supera en un año de edad. “Eneko es más diplomático. Dirá que gane el mejor”, dice su primo acompañado de una improvisada carcajada. Unai se pronuncia sobre el clan Buján futbolístico: “Eneko juega en el centro de campo, es de pegar palos, en eso es diferente a nosotros. Endika es más de perfil más eléctrico, más de todo el rato buscar el uno contra uno, llevarla igual más pegada al pie. Yo soy más de ir también al espacio, más de potencia, en largo... Eso sí, los dos somos buenos currantes y queremos participar en los partidos teniendo balón y haciendo el uno contra uno que es lo que nos gusta”, describe el extremo del Barakaldo, que, sin embargo, pone el acento en la inexistencia de un posible debate familiar sobre quién es mejor o no: “Estamos contentos de que a cada uno le esté yendo bien en el fútbol y ya está, miramos eso. Nos retroalimentamos entre los dos, cuando veo algún partido suyo le digo en qué puede mejorar y él a mí, también. Y creo que de esa manera estamos también creciendo los dos, cada uno en un equipo diferente. Pero, insisto, al ser familiares y tan cercanos, pues al final queremos el éxito para los dos, lógicamente”.
Cercanía
Esa cercanía de la que habla Unai nace desde que eran unos críos, cuando, junto a Eneko, jugaban primero en la plaza Europa, cerca de Lasesarre, zona en la que anteriormente residían Endika y su hermano mayor. Años después, regresaron a Arrontegi, para seguir con sus diabluras propias de la edad tanto en La plaza del Ojo como “en la del Pincho Moruno”, en referencia al entorno de Pérez Galdós, ya colindante con la céntrica calle Arrandi. Reconocen que han roto algún que otro cristal y que han tenido que salir corriendo con motivo de la bronca de la vecina o vecino afectado. Endika, así y todo, era el que más se picaba en esos partidos callejeros, donde se ha mamado el fútbol desde prácticamente la guardería. “Este era un diablo. Era un cabronazo, ganaba o ganaba, y si no, nadie. Ah, pero ahora se ha vuelto muy formal”, se sincera Unai, momento en que coinciden en que el fútbol suele ser el monotema de sus conversaciones tanto cuando toman unos potes como cuando tienen una reunión familiar, la más reciente en la cena de Nochevieja, donde hasta hubo quien recriminó tanta charla sobre el fútbol cuando un tío de ambos es todo un forofo de este deporte. Lo cierto es que no hablan de Medicina, pese a que Unai está ultimando la carrera y nada más terminar el encuentro tenía que dirigirse al hospital de Cruces para cumplir con una clase práctica de neurocirugía.
Antes de que Unai emprenda camino a su cita “con los cerebros” y Endika lo hiciera a Lezama, donde tenía que tratarse de la lesión costal que se produjo en el derbi ante el Sestao en las Llanas del pasado octubre, el extremo del Barakaldo se pronuncia sobre un posible futuro en que los dos puedan coincidir en un mismo vestuario, situación que tampoco se ha dado hasta la fecha. “Estaría muy bien. Pero Endika ahora está en Lezama y si lo hace bien, va a llegar pronto más arriba. Yo creo que tendré que buscar otro camino, aunque ojalá se dé y podamos jugar juntos. Y si es más arriba, pues mejor”, afirma Unai, que le pide a su primo que “esté tranquilo, que siga trabajando y que, sobre todo, continúe siendo como es, que es lo que le ha llevado a estar ahí”. No saben si el sábado, víspera del derbi, quedarán un ratito en Arrontegi para hablar. Sea así o no, el domingo será un partido con mucha carga emocional. Buján contra Buján.
Expectación para el Bilbao Athletic-Barakaldo
Agotadas todas las entradas
Lleno en Lezama. El derbi que protagonizarán el domingo en Lezama, desde las 12.00 horas, el Bilbao Athletic y el Barakaldo ha levantado una enorme expectación, tanto que el campo 2 de las instalaciones rojiblancas presentará el lleno con unos 3.000 aficionados después de que se hayan agotado todas las localidades, tal como anunció ayer la entidad bilbaina, después de que los socios y socias del Athletic, simpatizantes de Club Athletic y Gazte Abonoa canjearan sus carnets de forma gratuita,. al mismo tiempo que el Barakaldo haya vendido todo el papel, 300 entradas, enviado desde Ibaigane, por lo que estos seguidores gualdinegros se ubicarán en la tribuna del Arco.