La Federación Vasca de Fútbol (FVF) se ha puesto manos a la obra para que la tricolor retorne al escenario internacional, por lo que ya tiene avanzadas varias negociaciones encaminadas a que lleguen a buen puerto para que la selección compita de nuevo después de las gratas sensaciones que dejó en su último compromiso del pasado 20 de marzo, cuando empató ante la Uruguay de Marcelo Bielsa en un encuentro que congregó en San Mamés a 34.500 personas y en el que el combinado dirigido entonces por Jagoba Arrasate, tuteó a los charrúas. Álvaro Djaló, por aquellas fechas futbolista del Sporting Braga y hoy en día del Athletic, adelantó a la selección nacional al filo del descanso, aunque en el primer minuto de la reanudación fue Matías Vecino el que estableció el 1-1 definitivo. Se trató, además, del regreso de la Euskal Selekzioa tras una inactividad de prácticamente cuatro años en lo que era el primer partido del mandato de Javier Landeta al frente de la FVF.
Landeta, precisamente, quiere cerrar su legislatura, que expira a inicios del próximo año, con un acuerdo que permita a la tricolor jugar en la siguiente fecha FIFA, entre el 17 y 25 de marzo de 2025, momento en que tenga que ejercer ya la nueva Junta Directiva que salga elegida de las urnas en unos comicios para los que todavía no hay candidatos que se hayan postulado oficialmente. El actual mandatario de la institución vasca no ha cerrado su proceso de reflexión sobre si se presentará o no a la reelección, decisión que desvelará en próximas fechas, una vez que la Junta Directiva se reúna para convocar una Asamblea Extraordinaria que apruebe la modificación de los Estatutos acorde a la Ley Vasca del Deporte de 2023 y, como siguiente paso, emprender la convocatoria de unos comicios que tendrían lugar previsiblemente a finales de enero o comienzos de febrero.
Calendario saturado
La actual Junta Directiva se había planteado inicialmente la posibilidad de que tanto la selección masculina como la femenina compitieran en navidades e incluso había entablado unos primeros contactos con diferentes federaciones internacionales, pero ambas opciones las han tenido que descartar. En el primer caso porque el saturado calendario de clubes no permitía contar con una selección competitiva, sobre todo por la imposibilidad de citar a futbolistas del Athletic, que, al igual que la Real Sociedad y Osasuna, tienen que hacer frente el primer fin de semana de 2025 a su eliminatoria de Copa. Y los rojiblancos, de seguido, viajar a Arabia Saudí para disputar la presente edición de la Supercopa. En el caso del combinado femenino, cuyo último partido data del 20 diciembre de 2022 cuando venció en Mendizorrotza a Chile por 3-0, se había madurado la opción de cruzar el charco para enfrentarse a una selección sudamericana, pero finalmente no se ha llegado a consumar el acuerdo.
La Federación Vasca tiene puesto el foco en una selección de primer nivel del continente americano o del africano, una vez que ha renunciado a las opciones de un combinado europeo, ya que se trataba de conjuntos de bajo perfil. En esta perspectiva, la Junta Directiva que preside Javier Landeta, que podría volver a confiar en Jaboga Arrasate como seleccionador, aunque la decisión la debería consensuar con los rectores entrantes, se ha propuesto poner toda la carne en el asador para hacer realidad el nuevo partido de la selección vasca, que dejó buen sabor de boca en su anterior duelo ante Uruguay –una de las potencias de Sudamérica–, y que podría disputarse de nuevo en San Mamés, con el reclamo internacional que ofrece el recinto bilbaino, sede además de la final de la Europa League, el 21 de mayo de 2025.