Las Llanas pesa. Pero no lo hace para el equipo que visita este histórico campo, sino que lo acusa su propietario, lo que causa cierto estupor. El Sestao River asume que tiene un problemón en este matiz, que no es baladí y que volvió a sufrirlo el pasado sábado ante un Osasuna Promesas que supo aprovechar sus momentos, todo lo contrario en el caso del conjunto verdinegro, al que no le valió su continuo acoso en los 25 minutos finales para amarrar por lo menos un punto. Se trató de su cuarta derrota de seis partidos en su guarida, un escenario que no lo esperaba ni el más pesimista de su familia, por lo que se convierte en el peor equipo como anfitrión, junto al Intercity aunque este con un encuentro menos, de toda la Segunda RFEF, ya que no ha sido capaz de ganar ante su gente con el pobre consuelo de firmar dos empates. Es decir, el Sestao solo ha sumado en las Llanas dos puntos frente a los siete que ha atrapado en sus desplazamientos, en los que ha conseguido las que son hasta la fecha sus dos únicas victorias. Vamos, el mundo al revés.
Los números no engañan. El conjunto de Ángel Viadero, que en el duelo frente al filial osasunista probó varias fórmulas ofensivas sin resultado, se estrenó en Las Llanas con tablas (1-1) ante Unionistas en partido disputado a puerta cerrada por la sanción que arrastraba del curso anterior, cayó dos jornadas después ante el Lugo (0-1) con gol del exverdinegro Jon Cabo, sucumbió con el mismo resultado con el Andorra merced a un penalti a última hora, empató con polémica ante el Barça Atlètic (2-2), hincó la rodilla en el derbi frente al Bilbao Athletic (0-1) tras el golazo del cachorro Peio Canales y volvió a frustrarse con Osasuna Promesas, con lo que de puertas a dentro toca hacer autocrítica y reflexionar sobre las causas de este imprevisto mal de Las Llanas. Lo curioso se detecta en la solvencia del Sestao cuando viaja , ya que es el sexto mejor equipo como visitante, un dato que no debe descuidar la Cultural Leonesa, líder invicto del grupo y a la que visita el próximo domingo el conjunto fabril, inmerso en puestos de descenso.