Marcelino García Toral llegó al banquillo del Olympique de Marsella el pasado 23 de junio y hoy, apenas tres meses después, ha dejado su cargo como entrenador del equipo francés debido a la presión ejercida por los ultras, que amenazaron al presidente del club, Pablo Longoria, que ha presentado su dimisión. El técnico asturiano, ante el clima de violencia, ha seguido los pasos del que fuera su valedor para el puesto en el área técnica.

El Marsella ve de nuevo sacudidos sus cimientos por el comportamiento y la actitud de los seguidores radicales que rodean a la entidad francesa. El pasado lunes, la Junta Directiva se reunió con un grupo de ultras, quienes profirieron las amenazas contra el presidente, a quien le exigieron su dimisión al considerar que su manera de gestionar el club estaba haciendo perder la identidad de la institución. La salida de varios jugadores que estos fanáticos consideraban importantes también fue motivo del descontento. Al final, los ultras han ganado el pulso. Desde la entidad se ha manifestado que “todo el club está extremadamente decepcionado” por las salidas del entrenador y su cuerpo técnico, a quienes consideraban “plenamente comprometido” en sus labores, por cuestiones "extradeportivas".

Según el club, la tensión por la que atraviesa el equipo “no permite a Marcelino y a su cuerpo técnico ejercer en buenas condiciones las funciones para las que fueron contratados”. “A consecuencia de esta deplorable situación, Marcelino y su equipo no continuarán su misión en el Olympique de Marsella”, prosigue el comunicado del club. De ahí que no se haya esperado un minuto más para presentar la dimisión a las puertas del primer partido de la fase de grupos de Europa League que el Marsella disputa mañana contra el Ajax.

El que fuera entrenador del Athletic antes de emprender la etapa en el Marsella había disputado hasta la fecha cinco partidos de la Ligue 1, contados por dos victorias y tres empates, lo que situaba al equipo en la cuarta posición, a solo dos puntos del liderato que ostenta el Mónaco. Si bien, el técnico asturiano también sufrió un duro revés con la eliminación en la ronda previa a la fase de grupos de la Champions League a manos del Panathinaikos.

En enero de 2021, el club vivió otro grave episodio. Alrededor de 300 radicales accedieron por la fuerza a las instalaciones de entrenamiento del club mientras el equipo se ejercitaba, realizaron pintadas con amenazas y llegaron a agredir al jugador Álvaro González. Además, seis policías resultaron heridos al tratar de sofocar el altercado y se detuvieron a 25 personas. Poco después, el entonces técnico André Villas-Boas presentó su dimisión, aunque no llegó a confirmar que su repentina renuncia al cargo era debido a la violencia.

El anterior presidente de la entidad, Jacques-Henri Eyraud, acudió a la Policía en enero de 2020 para denunciar las amenazas de muerte que recibió de los seguidores radicales en las redes sociales, donde se podía ver la dirección del domicilio del dirigente.