Racing 1

Amorebieta 0

RACING: Ezkieta; Mantilla, Germán, Rubén Alves, Saúl García; Sainz-Maza (Min. 89, Grenier), Aldasoro; Andrés Martín (Min. 74, Cabanzón), Peque (Min. 58, Sangalli), Iñigo Vicente; y Arana (Min. 58, Ekain).

AMOREBIETA: Jonmi: Álvaro Núñez, Hernando, Etxeita, Garreta; Dorrio, Sibo (Min. 79, Morán), Carbonell, Rayco (Min. 59, Morcillo); Eraso (Min. 79, Da Graca) y Jauregi (Min. 59, Avilés) (Min. 67, Quintero).

Gol: 1-0: Min. 10; Andrés Martín.

Árbitro: González Díaz (Comité Asturiano). Amonestó a Rubén Alves, Arana, Germán y Sangalli, por el Racing; y a Álvaro Núñez y Sibo, por el Amorebieta.

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta de LaLiga Hypermotion disputado en El Sardinero ante 12.488 espectadores.

Un ejercicio de impotencia. El Amorebieta, en el primer partido de su retorno a LaLiga Hypermotion en que se queda sin ver puerta, sufrió en El Sardinero su segunda derrota consecutiva, en un encuentro en el que le castigó el enésimo desajuste defensivo que tanto daño le había ocasionado en sus dos desplazamientos anteriores y su falta de pericia en los últimos metros, ya que apenas sacó dos disparos entre los tres palos, un probrísimo bagaje con el que es harto complicado pujar por llevarse punto alguno. El tempranero tanto de Andrés Martín, con solo diez minutos consumidos, supuso a la postre un lastre demasiado pesado para un conjunto azul que estuvo muy lejos del buen nivel que proyectó en las cuatro jornadas precedentes y ayer sacó una versión poco reconocible, especialmente a la hora de generar peligro. Unas limitaciones que sirvieron al Racing, guiado por el derioztarra Iñigo Vicente, para sacar petróleo, jugar el partido que quiso y no verse apurado por el colectivo de Haritz Mujika, al que le queda aún mucho trabajo para engrasar la maquinaria de un equipo necesitado de recobrar más masa competitiva.

Los entrenadores suelen ir con su idea hasta el fin del mundo. Haritz Mujika es uno de ellos. Ni la remontada que sufrió su equipo siete días atrás en Cornellà le hizo modificar su plan, hasta el punto de que repitió el mismo once que puso en liza frente al Espanyol con el cambio obligado bajo palos en lo que supuso el regreso de Jonmi Magunagoitia, intocable el curso pasado y uno de los artífices del histórico ascenso a LaLiga Hypermotion, en lugar de Pablo Campos, presente con la selección española sub’21. El meta cedido por el Levante se ha hecho con la titularidad a los pocos días de recalar en Urritxe en detrimento del chaval del pueblo, que ha tenido que asumir su nuevo rol pese a sus brillantes prestaciones en Primera RFEF. Se supone que se trata de una cuestión de jerarquía, por lo que a Jonmi le tocaba reivindicarse, aun consciente de que pueda volver a la suplencia en el próximo duelo ante el Mirandés en Lezama. A la espera de lo que decida el míster para entonces, el portero zornotzarra, que no pudo evitar la diana local, cumplió el expediente ante el conjunto de José Alberto, quien sí removió su fórmula con la entrada de inicio de Andrés Martín, uno de sus últimos fichajes procedente del Rayo Vallecano, Sainz-Maza y Peque, por lo que quiso potenciar su perfil ofensivo sostenido por Iñigo Vicente, que ofrecía su punto de morbo por su condición de ex del Athletic y líder de este Racing. Y su apuesta fue la ganadora.

El plan azul, sin embargo, se fue al traste a los diez minutos. El Amorebieta se traicionó. No corrige ciertos desajustes defensivos que le penalizan. Así fue en Albacete y en Cornellà, partidos en los que dilapidó sendas rentas dobles. Mujika, se entiende, había puesto el foco en no mostrar ninguna debilidad defensiva, conocedor de que por ahí se le podía ir el encuentro por el desagüe. Pues si no querías taza, toma taza y media. El Racing, gestionado por el talento de un Iñigo Vicente que ha ganado en músculo competitivo para disgusto de los detractores que cuestionan su físico, aprovechó la primera, cuando una acción combinativa local la consumó Andrés Martín, que olió un resquicio en el eje defensivo azul para definir con calidad ante la salida de Jonmi. El gol dibujó otro partido que no aparecía en la pizarra de un Amorebieta que se vio obligado a dar un paso adelante quizá demasiado pronto. El colectivo vizcaino tardó en coger sensaciones para acercarse al área de Jokin Ezkieta, otro exleón y al que solo probó Dorrio con un disparo en el tramo final del primer acto. Fue el único golpeo a los tres palos de los azules, donde Carbonell tuvo poco protagonismo, Rayco tampoco sumó, mientras que Eraso y Jauregi chocaron contra el muro cántabro. Solo su flanco derecho, con un activo Álvaro Núñez y un Dorrio fajador, ofreció algo de sustancia, pero poco para incomodar a un Racing a gusto con el marcador de cara.

Mujika tuvo que hacer retoques tácticos a vuelta de vestuarios, cuando el Amorebieta se apropió de la posesión. Pero dominio no es sinónimo de superioridad. Sobre todo porque el Racing se blindó en su idea, sin necesidad de arriesgar y porque el conjunto vizcaino no encontró ni ideas ni remedios para generar demasiado peligro sobre la meta de Ezkieta, únicamente exigido en un duro golpeo de Carbonell. Un fogozano que se produjo a los 78 minutos, después de que durante media hora prácticamente no pasara nada, salvo la ocasión que desperdició Iñigo Vicente, capitán general del Racing y que para suerte de los azules mandó arriba su disparo con la zurda cuando en las gradas cantaban el tanto. Mujika movió piezas, con la desgracia de que Javier Avilés, un recambio ofensivo, duró tres minutos en el verde al dislocarse el hombre izquierdo; lo intentó con el italiano Da Graca, que a los pocos segundos de comparecer casi conecta un buen centro de Morcillo, otro hombre de refresco, y un voluntarioso Quintero. Deseos que se quedaron en balas de fogueo, en un querer y no poder y que pone al Amorebieta en la cruda realidad tras encadenar su segunda derrota consecutiva.