“No hemos podido hacer kalejira porque… mejor me callo”. La queja la expresa Jon, un fiel del Dinamo vestido religiosamente de morado y que porta un cubata en la mano derecha. Se entiende que desfilar por las calles del barrio de San Juan y lanzar bengalas se penalizan con multas. Es lo que, por lo menos, responden los seguidores más jóvenes de un equipo que el miércoles quiere hacer más historia en la localidad riojana de Autol. Allí, en el campo de La Manzanera, se espera medio millar de hinchas de la entidad santurtziarra, “y porque no nos han dado más entradas, porque si no lo petamos”, añade Juanma, un exjugador del Dinamo, que no se pierde un partido del equipo de su alma salvo causa mayor. “Vamos a ver, que el Dinamo es un equipo del copón”, interviene Andrés, un veterano y exdirectivo del club durante varios años. ‘Dinamo, trakata, Dinamo trakata’, se dejan los pulmones unos seguidores en el arranque del partido de liga que el sábado disputó el Dinamo en San Juan el equipo que dirige Raúl Quintana frente al Sodupe, que se saldó con tablas (1-1). Lo cierto es que el entrenador santurtziarra tiró de una rotación radical, ya que apostó por un once repleto de los menos habituales, incluida la portería. “Es lo normal”, apunta Lean, un incondicional de la causa. “Hay que ir con todo allí, no podemos fallar”, añaden sus colegas. Sin embargo, se produce una mala noticia. Unai Hernández, central y que podría apuntar a jugar de inicio en Autol, se tiene que retirar del campo lesionado. No tiene buena pinta. Minutos después llega una ambulancia que traslada al futbolista a un centro sanitario. Sufre una luxación de clavícula. “Vamos Unai, txapeldun”, le anima la parroquia morada.

Ya lo había apuntado Andoni Vidales, el capitán de este Dinamo, en conversación anterior con DEIA: “Esto es el Dinamo, lo que nos caracteriza es el compromiso con el compañero, la unidad y la garra. Andoni vio el partido desde el banquillo, por lo que se deduce que el miércoles ejercerá como titular en Autol. Sea como fuere, cuando el colegiado decretó el final del encuentro ante el Sodupe todo el Dinamo se puso en modo Copa, tanto que la afición santurtziarra saltó al césped artificial del campo de San Juan para improvisar un pasillo con el objetivo de brindar un emotivo aliento a sus futbolistas de cara al histórico compromiso del miércoles. Son seis los autobuses que ha fletado la entidad que preside Alex Díaz Bonilla, que no quiere pensar qué habría sucedido si el partido ante el Autol se hubiera jugado en San Juan. Eso sí, lamenta que no haya podido responder a toda la demanda de entradas que le han llegado al club. No en vano, había el sábado quien desfilaba por la grada requiriendo a conocidos si sabían de alguien que tuviera entradas y al final no podía desplazarse a La Rioja. Mitxel, otro exjugador, consiguió dos. ¿Cómo? “Eso no se puede decir”, responde con una sonrisa de oreja a oreja.

San Juan ya entra en plena ebullición. Un barrio humilde de Santurtzi, un barrio que “se lo ha currado gracias a su gente”, un barrio que en tiempos no muy lejanos no ha tenido buena fama, “quizá injustamente”. Un barrio de gente trabajadora. Un barrio al que se le reconoce por su club de fútbol. Un barrio pegado al Dinamo. Un barrio que el miércoles empujará con toda su fuerza a su equipo, convencido de que no fallará. “Que tiemble el Athletic si nos toca en la primera eliminatoria”. Y el que lo proclama lo dice a grito pelado. Porque así lo siente.